POSADAS. Niños de corta edad en triciclos, o en bicicletas con rueditas a los costados, jóvenes de la institución, padres y también abuelos, todos se sumaron a la decimocuarta edición de la Bicicleteada Solidaria del Colegio Roque González, que se concretó en la víspera en una jornada espléndida de sol, con una temperatura agradable, que invitaba a realizar actividades al aire libre.Desde media mañana en inmediaciones del colegio, en Colón y Entre Ríos, comenzaron a llegar las familias para dejar las “bicis” e inscribirse aquellos que todavía no lo habían realizado durante la semana, generando un intenso movimiento en toda la zona, que se teñía de a poco con los colores tradicionales que identifican a la institución: gris, azul y blanco, en gorritos, remeras alusivas a la bicicleteada, banderines, y por sobre todas las cosas, los alimentos no perecederos que se iban juntando en mesas especialmente habilitadas para ese fin.Sobre el mediodía se vivía un clima de fiesta, con los chicos que ansiosos jugaban con sus bicis, aguardando el momento de partir, fijado para las 13.30. Esta vez la salida, con la imagen de Roque González avanzando en primer lugar, se realizó por Colón hasta Catamarca y de ahí hasta Junín, donde empezaron a encolumnarse para tomar la avenida Uruguay, en una fila interminable de ciclistas, rumbo a la primera de las tres postas previstas. Allí descansaron unos minutos y aprovecharon para hidratarse con agua y jugos proporcionados por la misma organización, lo que se repetiría en el Campus y en la plaza de la EBY, metros antes de llegar a la quinta del Roque, en Fátima.Varios carteles con el lema “Francisco Rezamos por vos”, en alusión al Papa Francisco, acompañaron la bicicleteada que con el aporte solidario recibido ayudará al Hogar de Niños Antonio Sepp -de Parada Leis- como así también a diversos comedores de Posadas y a cinco comunidades aborígenes.Durante todo el recorrido se fueron sumando pedalistas y los más pequeños del nivel inicial lo hicieron, en su mayoría, en el último tramo, en la antesala de la quinta, donde una salva de fuegos artificiales, música y el relato de la animadora, le dieron la bienvenida a los ciclistas.El padre Juan Rajimón, apoderado legal del colegio y rector, acompañó -como siempre lo hace- en bicicleta esta nueva edición, agradeció el valioso aporte de todos e invitó a la gente a seguir “comprometiéndose, ser solidarios, ayudar a los que menos tienen, a través de esta u otras actividades”.En la quinta del Roque hubo sorteos de bicicletas donadas por particulares y empresas. También se distribuyeron pelotas de fútbol, que fueron lanzadas sobre los grupos de chicos, todo dentro de un clima de gran armonía. Los más pequeños disfrutaron de los peloteros especialmente instalados y las familias de una jornada inolvidable.





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