POSADAS. Conseguir un primer empleo estable es un drama que afecta a todos los jóvenes por igual, sean profesionales, técnicos o solamente con estudios básicos. Sin duda, se encuentran en situación de desventaja aquellos de familias humildes, sin recursos para continuar estudiando y los que por diversas circunstancias no han terminado sus estudios primarios o secundarios.Esta problemática afecta en Posadas a una gran cantidad de jóvenes, principalmente de familias humildes y barrios marginales. Si luego de un tiempo de buscar no consiguen empleo, terminan quedando prácticamente fuera del sistema para el resto de sus vidas.Un indicador que refleja este flagelo, es el que mide la cantidad de jóvenes que se inscriben cada año en el “Plan Jóvenes por Más y Mejor Empleo”. Un programa del Ministerio de Trabajo y Empleo de la Nación que los asiste económicamente y les exige una contraprestación, pero que además los capacita e intenta insertarlos en el mercado laboral de la ciudad capital misionera.En 2011 se inscribieron cuatro mil jóvenes en la Oficina de Empleo de Posadas y el año pasado fueron poco más de tres mil. Desde 2008, cuando se abrió esa oficina, se han totalizado casi 12 mil inscripciones. Todos los jóvenes que se inscriben en este programa, no han terminado sus estudios primarios o secundarios, la mayoría viene de barriadas muy humildes y se han detectado varios casos de individuos con problemas de adicción a las drogas. También abundan casos de violencia, madres adolescentes y toda la problemática que afecta a estos grupos.El programa inscribe a quienes tengan entre 18 y 24 años, y no hayan terminado sus estudios básicos. Los beneficia con 450 pesos a quienes siguen estudiando o realicen tareas de capacitación.Además, se arma una base de datos de todos los inscriptos, con currículos y antecedentes y se los vincula con empresas del medio que busquen jóvenes desempleados para integrarlos al trabajo.En total, al mes de abril de este año, la Oficina de Empleo de Posadas asiste económicamente a unos ocho mil jóvenes de entre 18 y 24 años que se inscribieron en los últimos años.Unos seis mil de esos inscriptos siguen estudiando mientras que casi dos mil esperan alguna oportunidad de trabajo o no hacen nada. Estos últimos reciben un beneficio mínimo de 225 pesos, pero corren el riesgo de ser dados de baja en cualquier momento, ante la inacción.En la capital provincial predomina la actividad comercial. La mayoría de los jóvenes que accede a empleos o pasantías a través de la Oficina de Empleo termina como secretario, atención al público o recepcionista. Entre los meses de octubre y diciembre el movimiento comercial se incrementa. Al igual que desde enero a marzo en las librerías. Por otra parte, siempre aparecen otras alternativas, como carpintería o mecánica, y en los últimos meses crece la actividad turística abriendo posibilidades en este rubro. El Parque Industrial, que comenzaría a integrar empresas después de julio, se presenta como una gran oportunidad de consolidar un espacio que integre en forma permanente a estos jóvenes -con pocas posibilidades- al mundo del trabajo.La directora de la Oficina de Empleo de Posadas, Liliana Vivero, explicó a PRIMERA EDICIÓN que se firmó un convenio con el Ministerio de Trabajo de la Provincia para que las empresas que se instalen en el Parque Industrial de Posadas ocupen hasta el 30% de los desempleados que se encuentren inscriptos en el “Plan Jóvenes por Más y Mejor Empleo”.“Tenemos la intención y estamos avanzando con la posibilidad de abrir un anexo de la Oficina de Empleo en el Parque Industrial, que trabajaría solamente con las empresas que se radiquen ahí”, señaló Vivero.La funcionaria admitió que dentro de este grupo de jóvenes se presentan algunos panoramas complejos y que muchas veces la Oficina de Empleo termina realizando acciones que van mucho más allá de sus deberes, debido a las problemáticas que traen los jóvenes de sus casas o barrios. Reconoció que se detectan casos de violencia familiar, retrasos nunca detectados o no asumidos por las familias, drogadicción; y en esos casos realizan las tareas de contención que están a su alcance o derivan a las oficinas estatales que podrían tratar mejor esos problemas.Para el caso de Posadas la situación es un tanto más difícil. Al margen de que siempre cuesta a los jóvenes conseguir su primer empleo, según datos del último censo (2010), Misiones es la provincia con la edad promedio más baja del país: apenas 22 años; mucho menos que la media nacional. Quiere decir que la población es la más joven, por lo tanto demanda más puestos de empleo porque tiene mayor cantidad de familias en formación y recién compuestas, que necesitan de manera urgente una solución laboral.La edad mediana en esta provincia es de 22 años, tanto para varones como para mujeres, la media nacional es seis puntos más elevada, en tanto que Ciudad Autónoma de Buenos Aires asciende a 36 años de promedio, 14 más que en nuestro territorio.Asimismo, el 7,25 % de los hogares misioneros está habitado por jefes o jefas de hogar de 14 a 24 años de edad, remarca el último censo nacional.El trabajo que realiza la Oficina de Empleo sólo contempla a jóvenes sin estudios terminados: “Son los que prácticamente quedan fuera del sistema, por eso la prioridad es rescatarlos e insertarlos”, comentó Vivero.Según datos de la funcionaria municipal, en 2012 se insertaron a empresas de la ciudad unos 250 jóvenes que estaban subsidiados por el Plan, de un total de tres mil que se inscribieron ese año. Quiere decir que menos del 10% de los que se inscriben por año acceden a una posibilidad.Otra alternativa, explicó la funcionaria, es la financiación de proyectos productivos; que se elaboran en la Oficina, los analiza y aprueba el Ministerio de Trabajo de la Nación y luego lo financia con 15 mil pesos. “Es una alternativa laboral que muchas veces emplea a toda la familia”, remarcó Vivero. “El año pasado se financiaron proyectos productivos por 600 mil pesos”, añadió.Este año, hasta el mes de abril, 90 jóvenes de la oficina de empleo consiguieron trabajo, 50 de ellos accedieron al nuevo hipermercado Chango Más, que se habilitó la semana pasada. “Nosotros hacemos la preselección, enviamos 300 currículos y ellos seleccionaron a 50 que comenzaron a trabajar”, explicó.Por otra parte, remarcó los beneficios que tienen las empresas que están vinculadas a la Oficina de Empleo, que son más de 600 empresas en Posadas. “Cuando toman
a un joven pasante para prácticas laborales por cuatro horas diarias el Ministerio de Trabajo le paga mil pesos mensuales; la empresa solamente paga la ART y el seguro. Las prácticas van de uno a seis meses y depende mucho de las capacidades del joven para que pueda quedarse en forma permanente a trabajar. Porque a las empresas les conviene formarlos durante seis meses y después incorporarlos, no les conviene tomar personal y capacitarlos cada tres o cuatro meses, es todo un desgaste”.Además de Posadas, en el interior de Misiones hay otras 18 Oficinas de Empleo. Sumarían en total más de 20 mil jóvenes que están siendo subsidiados actualmente por la Nación, ocho mil en Posadas y el resto en el interior.En todo el país existen 387 oficinas funcionando y subsidiando jóvenes; siendo Buenos Aires la que más posee 84, Santa Fe 46 y Córdoba 28. En tanto, en el otro extremo, las que menos oficinas poseen son San Luis y Tierra del Fuego con 2, Tierra del Fuego 4 y Chubut 5. Sólo un tercio de los jóvenes trabajaEn las instituciones laborales y educativas subyace un gran celo frente a la posibilidad de la incorporación temprana de los jóvenes al mundo del trabajo. El principal argumento es que lo único valioso para un joven sería concentrarse en estudiar. Sin embargo, las mejores prácticas en el ámbito internacional demuestran que el empleo juvenil es un medio para mejorar la formación de los jóvenes y motorizar su progreso. La clave del éxito es incorporar en la secundaria contenidos de educación para el trabajo y promover una inserción temprana en una empresa. La reflexión pertenece a un informe del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).El INDEC ha publicado un informe especial con el título “Módulo de Actividades de Niñas, Niños y Adolescentes” que se llevó adelante durante el operativo Encuesta Anual de Hogares Urbanos (EAHU) del tercer trimestre de 2012. Esta es una iniciativa del Ministerio de Desarrollo Social, del Ministerio de Trabajo y de la Comisión Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil, con la colaboración operativa del INDEC. El objetivo es trazar un panorama del uso del tiempo libre, el acceso a tecnologías y, fundamentalmente, del trabajo infantil en niños y jóvenes de 5 a 17 años de edad.De los principales resultados surge que los jóvenes entre 14 y 17 años de edad suman 2,5 millones de los cuales 315 mil (12%) se incorporaron al mercado laboral. Este grupo integra una zona gris, ya que no responden a la tipología de trabajo adulto pero tampoco al de trabajo infantil.Una perspectiva interesante sobre el tema del empleo juvenil aparece al comparar datos entre países. Según información del INDEC y la OECD (Organización para Cooperación y Desarrollo Económico), entre los jóvenes de 15 a 24 años de edad se observa las siguientes tendencias:· En Argentina, la tasa de empleo entre 15 y 24 años de edad es de 33%.· En los países de la OECD, la tasa de empleo promedio de este segmento es de 39%.· Dentro de la OECD, se destacan Holanda con tasa de empleo juvenil del 64%, Suiza con el 63%, Dinamarca con el 58%, Canadá con el 55% y Alemania donde el 48% de los jóvenes trabajan.Estos datos muestran que el empleo juvenil en Argentina es relativamente bajo para el concierto internacional. Particularmente altas son las diferencias que se observan con países que tienen una alta estima por la educación y la equidad social, remarca el IDESA.Las instituciones laborales potencian esta discriminación. En teoría, los adolescentes entre 16 y 18 años están legalmente habilitados para trabajar, pero en la práctica las trabas burocráticas los condenan a que sólo puedan hacerlo en la ilegalidad. En el extremo de la hipocresía, el Congreso sancionó recientemente una ley habilitándolos a votar, es decir, se les legaliza los mismos derechos políticos que a los adultos, pero se les pone trabas a la legalidad a quienes tienen la iniciativa, la responsabilidad y las ganas de empezar a trabajar, culmina el informe.





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