CARACAS, Venezuela (Agencias y diarios digitales). El presidente Nicolás Maduro definía anoche el gabinete de su “gobierno de calle”, luego de haber sido investido, mientras el opositor Henrique Capriles prepara el equipo que participará en la auditoría de los votos de una elección que considera ilegítima. “Estamos ajustando el cronograma de giras del gobierno de calle, porque nos vamos a dialogar y gobernar con todo el país”, escribió Maduro en su cuenta en Twitter.El presidente, de 50 años, ya había nombrado a su vicepresidente, Jorge Arreaza, exministro de Ciencia y Tecnología y yerno del líder Hugo Chávez, quien falleció el 5 de marzo. Arropado por sus seguidores y ensombrecido por el ruido de fondo de las cacerolas de la oposición, Maduro fue investido presidente el viernes como el “primer presidente chavista” de Venezuela. “Yo me voy con mi autobús y todos los ministros a recorrer todo el país, a recortar la cabeza de todo el que haya que recortar”, dijo el exconductor de autobús y excanciller en el acto al que asistieron una veintena de gobernantes extranjeros, entre ellos Dilma Rousseff (Brasil), Cristina Kirchner (Argentina), Raúl Castro (Cuba) y Mahmoud Ahmadinejad (Irán). En tanto, el coordinador del comando de campaña opositora Carlos Ocariz anunciará el equipo que fiscalizará la auditoría de los votos que dieron como ganador a Maduro el domingo pasado, una revisión a la que accedió el Consejo Nacional Electoral (CNE) un día antes de la investidura del nuevo presidente. Luego de que los resultados arrojaran una escasa diferencia de 1,8 puntos porcentuales entre Maduro y Capriles, se desató en Venezuela una semana de alta tensión política -con un saldo de ocho muertos y 60 heridos, según el gobierno-, en la que ambas partes se acusan de promover la violencia y abrazar el fascismo. Una diputada opositora denunció ayer la detención de 242 manifestantes, 70 de los cuales supuestamente fueron torturados, y el hostigamiento de un centenar de empleados públicos por razones políticas. Los manifestantes fueron detenidos por delitos, entre otros, de “porte ilícito de cacerolas (…), agavillamiento (asociación ilícita), rebelión, obstrucción a la vía pública y terrorismo”, denunció la diputada Delsa Solórzano, de la coalición opositora, en conferencia de prensa. En tanto, la ministra de Juventud, Mary Pily Hernández, encabezó un homenaje a una de las víctimas de la violencia, por la cual el oficialismo responsabiliza a la oposición y a su desconocimiento del resultado de las elecciones. “Son irresponsables cuando llaman a la violencia”, dijo la ministra, aludiendo a los “sectores fascistas de la derecha”, invocando la paz y acusando a los medios de comunicación de “inocular el odio” que atraviesa a una Venezuela dividida.





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