POSADAS (Por Alberto Hedman). Bajo el lema “Pequeña retrospectiva y renacimiento” , el reconocido artista plástico misionero Augusto “Tito” Busse inaugurará mañana, a las 20, una nueva muestra pictórica en el Museo Municipal Lucas Braulio Areco (en el Paseo Bosetti) de esta ciudad. La exposición, que estará abierta al público desde mañana hasta el 10 de mayo próximo; reúne obras nuevas y otras realizadas en diferentes años, dentro del período 2000-2013; pero que nunca fueron exhibidas al público; circunstancia a que alude el concepto de una retrospectiva en pequeño formato.Una retrospectiva mayor, que abarcase todas las etapas de una obra que los conocedores destacan por su apuesta al rigor formal ante todo; llevaría a explorar el largo encantamiento de Busse con el intento de pintar -el espacio y el color misioneros, su historia y su gente- sin concesiones al gusto dominante; ejerciendo el oficio con la pasión de quien cree en un estricto abordaje conceptual; pero también en la “prepotencia de trabajo” de que hablaba Roberto Arlt. Quienes siguieron su obras desde los pasos iniciales, recuerdan sus dibujos y pinturas de la Bajada Vieja o las tradicionales “villenas”, en luminosos tonos pastel, la línea elegante y sensible sus desnudos femeninos, o más tarde, ya en la madurez artística, su reflexión-recreación meditativa y sintética del pasado jesuítico. Consultado por PRIMERA EDICIÓN, Busse explica que el término “renacimiento” utilizado en la muestra; puede leerse como la puerta de salida a un proceso difícil en lo personal, pero también como una manera de ver la pintura -partiendo de la fascinación por la materia pictórica que distingue al auténtico artista plástico- como el acontecimiento que vuelve a renacer cada vez “en el acto de tirar el material sobre la tela”. “Lo que tienen en común, también, (las obras a exhibirse) es que se refieren a Misiones”, agrega Busse, y aclara: “Sin que sea un paisaje o una fotografía”. “Nunca pinté naturalezas muertas”, dice el artista, para quien la pintura es fundamentalmente vida, y al espectador le tiene que “pasar algo”con la obra. “Quiero decir que para mí la pintura no está hecha para gustar sino para ser”; apunta. “La pintura no es algo estático ni una reproducción de la realidad, el trabajo del artista tiene que ser más jugado, no es el realismo fotográfico, en el que la mirada es la de la máquina. Yo creo en la mirada propia, y la mía no es una pintura descriptiva; creo que hay, de alguna manera, formas que movilizan a las personas”, comenta el artista. La memoria y el origen La nueva exposición de Busse en el Museo Lucas Braulio Areco lleva naturalmente a la Posadas de los años sesenta-setenta, cuando, aunque perteneciendo a diferentes generaciones, ambos eran protagonistas de un movimiento cultural incipiente; escasamente recogido por la crónica cultural posterior. Comentando la inexistencia de un rescate de los primeros pasos -fundacionales- del arte misionero; Busse rescata de entre los pintores que vivieron en Posadas a lo largo de su historia, tres nombres: “Musso, Prieto y Areco, creo que fueron los más importantes”. Raúl Prieto, que falleció en 1952, es un olvidado artista platense que vivió en Posadas y cultivó una obra que “si se hubiera reconocido a nivel nacional se la habría equiparado a la de un Fader”, asegura “Tito” Busse.Alberto Musso, a su turno, un pintor mendocino extremadamente talentoso; fundador de la facultad de Artes de Oberá, pintó en Misiones en la misma época, una obra que debería valorarse y recuperarse como patrimonio cultural para los misioneros.Busse, quien considera poco más de una anécdota su nacimiento en Santa Fe y se declara “un misionero por decisión”, fue en los inicios de su carrera, un animador central de la “movida” que en 1969 -por ejemplo- , desarrolló en la Plaza 9 de Julio el “Posadas 70”, referido a la idea de “arte popular en las calles”, no al estilo artístico, junto a “Colorín” Otaño, Marta Maciel, Beatriz Lisboa, Juan Carlos Solís y muchos otros. “Un día -reflexiona Busse- mirando mis pinturas, pensando, me dí cuenta que lo que tienen en común es que tratan del origen, el motivo, humano, histórico, desde las mujeres desnudas -porque venimos de las mujeres- a las piedras de las Misiones, lo místico, la religión, lo étnico, la Bajada Vieja. Todo esto que tenía en mi conciencia y no me daba cuenta, era una búsqueda del origen; de lo que no se puede alcanzar”.




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