OBERÁ. Rafael Morgenstern logró el domingo en 9 de Julio (Buenos Aires) la cuarta victoria en la misma cantidad de temporadas que acumula en el Top Race. Pero para el misionero no fue una más, sino que fue la más emotiva de las tres anteriores, logradas en Salta, Córdoba y Comodoro Rivadavia, por la manera en que se dio. El viernes, después de ganar la clasificación, fue excluido porque al auto le faltaron dos kilos al peso mínimo, y la final debió largar desde el decimoctavo cajón de la grilla. Pero además porque llega en un momento muy oportuno, justo en la fecha previa a la tercera visita de la categoría a Oberá, que será el próximo 5 de mayo. ¿Cómo viviste la exclusión del viernes?Con mucha amargura, dolor, sufrimiento, la procesión fue por dentro. No todos los días se marca el mejor tiempo y que me la saquen así, fue duro. El auto tiene que pesar 1306 kilos y pesé 1304, es decir, el exceso fue ínfimo. Pero no hay tolerancia y fui bien excluido. ¿Qué pasó en el Sprint, porque dio la sensación que tenía para más?Sí, el auto seguía muy bien pero tuve un problema en los frenos. Se trabó una mordaza, parece que con una piedra, y fui frenado hasta que en una chicana se soltó y volvió a tomar velocidad, pero no pude llegar más allá del séptimo puesto. Y en la final, ¿dónde estuvo la clave de la remontada?Fue todo perfecto, sólo así se puede explicar el triunfo largando desde el puesto 18. La estrategia fue buena. El auto de seguridad salió en el momento exacto, entramos a boxes a cambiar la goma y el equipo hizo un trabajo brillante y fue un acierto la decisión de cambiar un neumático y no dos. Y después en al pista se completó con una gran maniobra para superar a Fontana. También fue muy oportuno el momento de ingresar a boxes para el cambio de la goma. Eso me permitió no perder distancia con la punta de la carrera. Lo que el destino me privó el viernes me lo dio todo el domingo. Los objetivos de ganar y el lugar para pelear otra vez por el título ya está, ¿ahora que viene? Sí, tengo los requisitos para pelear por el título, es decir, haber ganado y estar clasificado para la etapa final. Ahora hay que sumar buenos puntos en las fechas que restan, poder terminar lo más adelante posible en cada etapa, ser contundente y no parar. Eso nos va a permitir llegar al final del año en una buena posición para las últimas tres carreras. ¿Cómo vivís este gran momento? Siento una felicidad inmensa porque uno trabaja para estar así. No fue fácil llegar a estar adelante, a ganar en el Top Race. Pero el automovilismo tiene estas cosas. Por ahí no estaba en el lugar justo, ni reunido con la gente justa. Y ahora sí, reunimos todo lo necesario. Estoy en un gran equipo, consolidado, manejando muy bien porque me siento bien arriba del auto, tengo un muy buen presupuesto que es fundamental y un gran técnico como es Maximiliano Juárez. La mayor alegría que tengo es que está todo dado para andar muy bien. Lo disfruto, lo vivo a pleno, en el podio me veía entre López y Fontana, dos ex Fórmula 1, y pensaba poder correrles de igual a igual, ganarles, es soñado. Es el mejor momento de mi carrera en autos con techo, sin dudas, y fue la victoria más emotiva de mi carrera.Me di cuenta cuando me bajaron la bandera y me emocione, porque pensé que me echaron el viernes y parecía que estaba todo perdido pero se dio el triunfo. Atrás hay mucho esfuerzo, muchas horas de viaje y cuando se dan las cosas así, se paga todo.





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