POSADAS. “Gracias a Dios soy ateo”, sentenció irónicamente el filósofo italiano Gianni Vattimo, al final de la charla que dio ayer en Posadas, en el marco del 40º aniversario de la creación de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM); en la que no esquivó pronunciarse respecto a la asunción del papa Francisco y a los cambios que requiere la Iglesia Católica como institución; y sostuvo -además- que “las transformaciones sociales en América Latina son la única novedad en las últimas décadas”.“Soy partidario del papa Francisco”, dijo el autor de “El fin de la modernidad”, tras lo cual diferenció entre la religión y la Iglesia como institución y enfatizó que “en el interior de la tradición cristiana hay principios que pueden ayudarnos a criticar la Iglesia como ha sido hasta ahora y como probablemente Francisco va a transformarla”.“Porque, obviamente, no va a ser únicamente un estilo, el estilo ha sido muy importante al comienzo, ha impactado muchísimo en la imaginación de los cristianos, pero vamos a ver si progresivamente deviene más y más sustancia, por ejemplo, el problema del Banco Vaticano, de la influencia de la ética social, de las minorías sexuales y las mujeres en el sacerdocio. Me parece que son cosas que se podrían modificar, recuperando un poco la imagen de la Iglesia, una imagen más evangélica, no tan temporal, tan de Estado”, remarcó.“Vamos a ver, yo soy partidario del papa Francisco, hasta ahora, no se puede saber el futuro. Cierto que es imposible devenir Papa sin devenir reaccionario, pero ¡los milagros a veces ocurren!”, retomó el filósofo de setenta años, habitual conferencista en las principales universidades del mundo, al dialogar con el público -en un castellano mechado de citas en diversos idiomas- tras la extensa exposición sobre la filosofía del siglo XX brindada en la Estación Vía Cultural, en el cuarto tramo de la costanera.Vattimo, flanqueado por los representantes de la Federación de Docentes Universitarios y la Unión de Docentes Universitarios de Misiones, entidades auspiciantes, fue declarado “visitante ilustre” por la UNaM, antes de abocarse a una cautivante exposición sobre “Ser y Lenguaje”, concepto que le permitió trazar un recorrido por toda la filosofía del siglo XX, partiendo del eje del debate a principios de esa centuria sobre los criterios de verdad del humanismo y el positivismo. Recordando que inició sus estudios universitarios en 1954 como “catocomunista”, el filósofo volvió una y otra vez sobre la problemática de la Iglesia y la tradición cristiana en el contexto actual.Tradición y destino Vattimo rescató el rol de la herencia tradicional al señalar: “Me interesa que continúe como ha sido, porque si no existía la Iglesia a mí no me habría llegado el Evangelio, la institución merece respeto porque sin ella no hay ni siquiera motivos para criticarla”. “Es algo difícil de comprender, pero la actitud personal religiosa tiene que ser respetada muchísimo porque se necesita, yo siempre digo que si no fuera cristiano no sería comunista. Se necesita respetar la tradición religiosa que inspira la observancia de las leyes -incluso civiles- para las personas. Sin eso, tienes que tener un carabinero, un policía en cada esquina, porque si no tienes un compromiso personal que te dice que tienes que observar las leyes civiles; probablemente, necesitas ser controlado constantemente por la policía, ese es un punto delicado”. Novedad latinoamericanaVattimo recalcó que “la única novedad en las últimas décadas son las transformaciones sociales de gobiernos latinoamericanos como los de Chávez, Lula, Evo, Correa, Cristina, Mujica, etc…”“Incluso India y China -opinó- aunque son dos de las grades fuerzas en la realidad contemporánea, no representan novedades radicales, desde el punto de vista social. India seguro que no y China no se comprende qué es”, precisó.Tras destacar que la importancia de los cambios sociales en Latinoamérica cobran mayor importancia “por los importantes recursos naturales que tiene el subcontinente”, insistió: “Me importa que exista toda esta realidad latinoamericana como contra balance de un poder imperialista unificador que no me gusta. No me gusta esta globalización porque la misma idea de una unificación suprema es autoritaria, imperialista, opresiva”. “La salud futura de la civilización es la multiplicación de las voces”, fundamentó luego en relación a la crisis europea, respecto a la cual manifestó que si se admite que hay una disolución o muerte del Proyecto europeo, como aseveraron recientemente en un manifiesto intelectuales como Humberto Eco y Julia Kristeva, “lo único que puedo hacer es pensar y ver cómo se disuelve y qué puede pasar más allá de esto”.Recalcando que se trata de procesos culturales complejos, sostuvo Vattimo que estos procesos históricos como el que en el manifiesto de referencia se calificó como la muerte de Europa como proyecto, “no hay una meta de civilización, Grecia se impuso a los romanos cuando los romanos conquistaron Grecia, es una cosa de la cultura, son cuestiones que no se pueden arreglar con una orden. No se arreglan con Naciones Unidas”, resaltó. “La democracia para mí es siempre el final de todo, regula pacíficamente los conflictos existentes multiplicando las voces”, remató.





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