POSADAS. Si uno se aferra únicamente al análisis numerario, es evidente que los mismos son negativos desde del punto de vista que uno mire cuando se hace referencia a Crucero del Norte y su performance en la primera B Nacional. Pero siempre existen otras miradas desde el punto futbolístico que abren un frente de esperanza en el futuro del elenco misionero, que más allá de la dolorosa derrota frente Douglas Haig, evidenció una mejoría desde el punto de vista funcional con respecto al choque frente a Almirante Brown. Sin embargo, las improntas que se le plantean entorno al equipo de Iván Delfino, complicado con el descenso, son varias. Sin entrar a revisar el factor humano y sus relaciones, ¿tiene recambio Crucero para poder corregir el presente?. Todo indica que no. Al menos, quienes llegaron para darle al entrenador esa chance de elegir entre los que están mejor en la semana, no aparecieron en la medida de las necesidades y urgencias que tiene el Colectivero.¿Cuál es la verdadera razón del bajón del equipo en la segunda parte de la B Nacional? Nadie puede encontrar una explicación precisa. Tal vez la repuesta más acertada que se dio hasta ahora, excepto que Delfino le encuentre en los próximo partidos la vuelta y comience a sumar, la dio el ex entrenador Pedro Dechat cuando expresó “este equipo llegó a su techo”, frase que le costó la salida del equipo.Ahora las respuestas de aquí al futuro la tendrán los jugadores y el nuevo entrenador. Delfino hace recién dos partidos que está al frente del equipo, pero por lo que viene sucediendo pareciera que estuviera desde hace rato, al menos para el exitismo de los hinchas, que justamente no se abraza a la necesaria “paciencia”.Restan 42 puntos en juego, nada está perdido aún, pero el equipo necesita recomponer su imagen y una dosis de confianza para conservar un lugar tan importante para el fútbol misionero. Es que Crucero representa para la provincia la chance más cercana de codearse con la elite futbolística nacional, lo que se transforma a su vez en una vidriera para los jóvenes valores de la Región.DescompensadoEl panorama es complicado cuando uno analiza en profundidad al equipo por su irregularidad. Uno de los déficit está en la ofensiva, donde injustamente las miradas recaen en el delantero Fabricio Lenci, quien tras un arranque demoledor (con tres goles frente a Patronato y otros dos a Douglas) ilusionó al hincha pero hoy atraviesa una racha adversa y el equipo lo siente. Sobre todo porque no hay otro que haya podido suplirlo, al menos por ahora.El equipo, casi sin quererlo, se hizo Lenci-dependiente, ya que los 7 goles que tiene el delantero representan una tercera parte de los tantos que lleva marcados el elenco misionero en 24 fechas. El tema de la falta de goles no es un tema nuevo. Por eso llegaron al equipo Ernesto Alvarez, que jugó recién dos partidos ingresando desde el banco, y Alexis Bulgarelli, que tampoco encontró un rendimiento ideal para ganarse un lugar entre los titulares. Luis Rodríguez y Guillermo Tambussi no convencieron a los entrenadores y únicamente se constituyeron en variantes obligadas, aún sin la eficacia necesaria para el magro momento que vive el equipo.Y a la inevitable mirada al sector ofensivo, se suma que el equipo tampoco tiene la solidez defensiva que lo destacó siempre y en el medio deambulan jugadores con característica de luchadores, pero sin la jerarquía de otros equipos. Pero, con o sin figuras, los jugadores del colectivero reconocen el momento adverso y reiteran que se puede salir de esta situación con la unión y el esfuerzo del grupo. La provincia festejó cuando el colectivero ascendió. Es la misma afición que hoy está en vilo, esperando la reacción de un equipo que está obligado a mejorar para seguir en el lugar que siempre soñó. Crucero “debe desatar el nudo”.





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