POSADAS. Una figura reconocida y voz autorizada para aportar una mirada profunda al debate sobre la norma “whiskerías cero” y la no tolerancia a la explotación sexual en la Capital provincial es la integrante de la Coalición Alto a la Trata en Misiones, Claudia Lascano, quien ha trabajado en muchísimos casos de explotación sexual en campo y conoce sus categorías más oscuras desde muy adentro.En una larga charla con PRIMERA EDICIÓN no sólo demostró tener una opinión más que interesante sobre este tema, sino que aportó lineamientos muy prácticos para trabajar en la lucha desde la sociedad.“No podemos ser hipócritas y pensar que la prostitución, la explotación sexual o la trata es un problema de pobres porque la chica que es prostituida es pobre. Este también es un problema de ricos, quienes necesitan aplicar esta violencia hacia las mujeres sin ningún tipo de mesura y encima convalidándolo a través del pago.Esto hay que hablarlo con todas las letras y denunciarlo con todas las letras”, opinó con rigor durante la entrevista. No permitir la habilitación de whiskerías ¿es una buena medida para combatir la explotación y la esclavitud sexual o puede derivar en que el “negocio” entre en una mayor clandestinidad?No, eso no es ni siquiera factible. No es que al prohibirse la instalación de cabaret o whiskerías esto entra en la clandestinidad inmediatamente. Ni hay tantos clientes vip que paguen lo que esos servicios exigen, ni hay tantas mujeres en condiciones para brindar esos servicios. Hay que diferenciar aquí que no todas las mujeres van a poder ir a un servicio vip. Lo que sí reclaman esos servicios son menores de edad y generalmente son exigencias del turismo sexual. Este es otro tipo de mercado que existe en la provincia y que se debe investigar. Esto hay que entenderlo, verlo como un negocio. Son todos segmentos distintos. Aquí en Posadas también aparece la figura de la oferta sexual por Internet. Cuando empezamos a ver que todo este contexto de explotación era el resultado de vulnerabilidades muy fuertes en niñas muy pequeñas, no podemos no pensar que el cierre de estas whiskerías -que en realidad son trampas, ya que se las denomina entre comillas “whiskerías” pero no lo son, ya que tiene más que ver con el negocio de la explotación de niñas y mujeres, que con la bebida que se está expendiendo-. Entonces creemos que medidas como la prohibición de estos locales favorece, no solo el hecho de terminar con un negocio, sino empezar a cambiar la cabeza.¿Qué opina sobre estas iniciativas que se están evidenciando desde los jurídico para multar a los clientes de la explotación sexual y trata? Hay una cosa que entender primero y es qué ha representado el patriarcado y a la relación histórica entre hombres y mujeres. Cuando se empieza a estudiar el patriarcado en la historia y lo que esto representó en la historia en la conformación de las sociedades. De la relación del hombre primero como patriarca, el “pater de familia” y que en la antigüedad tenía que ver con la organización de las sociedades rurales, donde el hombre era responsable de mantener esa carga de familia, algo que se fue transformando en una política donde el hombre era el dominante y dominador de niñas, niños y de mujeres. Así se empieza a comprender lo simbólico de esto y cómo se fueron justificando las relaciones del hombre y la mujer.Por eso creemos que es muy importante romper con este esquema patriarcal, para romper con el negocio del intermediario explotando a la mujer. Esto debe ser castigado porque es una explotación tenemos que replantearnos quienes son los que están pagando por estos servicios. No limitarnos a castigar o censurar a quien tiene el negocio abierto, sino también dedicarnos a repensar de qué manera vamos a castigar a quienes se sirven de ese negocio, donde además podemos demostrar que hay menores en prestación de servicios. Como por ejemplo nos pasó en su momento como el caso de calle Espora y Uruguay, donde de un caso de una combi se terminó en un centro en un barrio de oferta sexual a través de remiseros donde se prostituía a chicas de entre doce y quince años. Esto tiene que ser castigado y castigado socialmente.¿Hay antecedentes?Lamentablemente todavía no hemos logrado agarrar a los clientes que están sirviéndose de esos menores. Aunque yo destaco mucho las actuaciones del juez (Ricardo) Balor, a quien llevándole las pruebas, permite aplicar la ley tal como está redactada. Lamentablemente esto cuesta y entonces el castigo también debe ser social, de nada nos sirve que haya leyes si la sociedad sigue tolerando y naturalizando esta situación. Seguimos circulando por las avenidas viendo a las menores ofreciéndose en las esquinas y sin hacer nada por esas niñas.Convengamos que los varones que se sirven de estas mujeres prostituidas en las avenidas que todos conocemos, circulan con auto, entonces no son sólo ni los macheteros o los camioneros los que se están sirviendo ahí. Van en vehículos de alta gama, podría decirse, también a pedir estos servicios. ¿Cómo estamos respecto a la trata en Misiones?Mucho mejor que hace algunos años. Falta mucha asistencia a las víctimas, eso está flojísimo. Se están creando programa pero son des-coordinados. No hay un trabajo provincial que realmente esté dando resultados eficaces. Tampoco hay coordinación Nación y Provincia. Es decir, hay muchos programas dando vueltas pero ayuda muy poca para que esto sea integral a las víctimas. Las soluciones que necesita la víctima para poder reintegrarse son lentas. Esto es una falencia. Hay un recelo del Estado de trabajar con organizaciones sociales. No me refiero a la nuestra, porque nosotros no hacemos asistencia, sino acompañamiento hasta el juicio, que es un problema porque a veces no terminan acá sino que están en jurisdicción de otras provincias. Lamentablemente la víctima que retorna a su lugar de origen no tiene todavía un servicio integral de asistencia. Hay actuaciones muy estancadas y la asistencia real es dificultosa. Eso por un lado. Por otro, las divisiones de trata que se habían creado en la Policía y en otros organismos del Estado fueron haciendo lentamente la plancha. La gente con mayor experiencia ha sido movida y terminan desarticuladas y cada tanto hay que volver a reclamar e impulsar para que estas divisiones adquieran la importancia y la fuerza que deben tener. Diferenciación“Al entrevistar a chicas rescatadas de explotación sexual y de las redes de trata fue posible hacer una diferenciación muy grande y profunda entre lo que es
un cliente que asiste a redes vinculadas a la trata, a los que serían ‘los servicios’ que se ofrecen a través de los proxenetas. Porque la relación de los proxenetas y el tratante, con la mujer, es totalmente distinta. Lo mismo ocurre con los clientes de mujeres prostituidas y de trata es distinto. Con esto el pago también lo será, ya que la consecuencia tiene que ver con los abusos que se aplican sobre las mujeres”, describió Lascano desde un análisis de la explotación visto como un negocio con sus distintos segmentos de mercado.“Empezamos a ver qué es lo que estamos discutiendo. Hay un problema muy grave que es la mezcla muy grande que se hace entre prostitución, explotación sexual y trata. Nosotros no creemos que la prostitución sea el inicio que tenga que ver con las raíces de la trata, pero sí creemos que lo que conduce a los hombres a servirse de las mujeres a través de un pago está vinculado a un sistema patriarcal donde el hombre es dominante y tiene todos los derechos a hacer de la mujer el objeto de su placer y esto cada vez más exacerbado va llevando a las distintas posibilidades de negocios. Exacerbado nos lleva al proxeneta y exacerbado aún más nos lleva a la trata y también a una xenofobia más grande, donde el cliente de trata tienen que ver no solamente con que es mujer o niña, sino que además tienen que estar vinculadas a la pobreza y al poder muy grande que necesitan estos hombres romper con los derechos que las mujeres vamos adquiriendo en otros niveles y que en la trata puede a su antojo destruir la vida de esa mujer, hasta físicamente”.





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