MADRID, España (AFP-NA). El jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, negó ayer haber recibido “dinero negro” y descartó dimitir tras el escándalo provocado por las informaciones de prensa que lo acusaban de haber cobrado pagos irregulares.“Nunca he recibido ni he repartido dinero negro”, declaró Rajoy delante la dirección del Partido Popular, de derechas, que él mismo preside. “Si alguien piensa que mediante el acoso me voy a encoger o pueda abandonar la tarea que los españoles me han encomendado, quiero decirles que se equivocan”, añadió después de que cientos de miles de personas hayan firmado una petición para reclamar su dimisión.Además, el jefe del Gobierno español prometió en su discurso ante la cúpula del PP publicar la próxima semana su declaración de la renta. “Mis declaraciones de la renta y de patrimonio serán puestas a disposición de todos los ciudadanos”, añadió, prometiendo “ejercer en este asunto la más grande de las transparencias”.El nombre de Mariano Rajoy, presidente del PP desde 2004 y jefe de Gobierno desde 2011, apareció el jueves en una información del diario El País como uno de los beneficiados del supuesto pago de salarios ocultos que durante años habrían cobrado presuntamente numerosos dirigentes del partido.Un escándalo más en un país afectado por la crisis y el desempleo donde se multiplican los casos de corrupción en las administraciones locales, pero que hasta ahora no habían afectado a los dirigentes nacionales. El sábado al mediodía, una petición lanzada en la plataforma change.org para reclamar la dimisión de Rajoy había reunido en dos días más de 650.000 firmas.La indignación también se manifiesta en las calles. Ondeando sobres, el nuevo símbolo de la indignación popular, cientos de ciudadanos se han congregado en los últimos días ante la sede del PP en Madrid.“La indignación ha llegado a un punto máximo. No se puede permitir que un gobierno sea corrupto, sean unos delincuentes y estén robando a los ciudadanos”, protestó Maxi Sánchez Pizarro, profesor de 54 años que acudió ante la sede del PP el sábado al mediodía, pocos minutos antes de que empezara el discurso de Rajoy. De 57 años y originario de la región conservadora de Galicia, en el noroeste de España, Rajoy alcanzó la presidencia de España al final de 2011, relevando a un Ejecutivo socialista debilitado por la crisis económica.Con una imagen de seriedad y su profunda barba gris, Rajoy prometió entonces enderezar el rumbo del país. “No debemos permitir que unas personas, los españoles, a las que estamos pidiendo sacrificios y renuncias, puedan tener la impresión de que no estamos a la altura del rigor ético más estricto”, aseguró el sábado. “No he venido a la política a ganar dinero, vine perdiendo dinero. Pero ocurre que para mí el dinero no es lo más importante en esta vida”, dijo Rajoy, que no aceptó preguntas de la prensa.Tras saltar el escándalo, el PP se ha defendido subrayando que su contabilidad es “transparente” y sometiéndolas a una doble auditoría de cuentas, una interna y otra externa. Sin embargo, la portavoz del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, reconoció el viernes que era necesario “fortalecer las instituciones de España” en un momento de máxima desconfianza hacia la política y en el que los casos de corrupción salpican incluso a la monarquía.





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