WASHINGTON, Estados Unidos (AFP-NA). Un mes después de la masacre de Newtown en la que murieron veinte niños, el presidente Barack Obama juzgó “sensato” prohibir los fusiles de asalto en Estados Unidos, mientras que padres de la escuela Sandy Hook pedían una “discusión nacional” para evitar otra tragedia de este tipo.Durante una emotiva conferencia de prensa, en la que algunos mostraron la foto de su hijo muerto el 14 de diciembre, los padres pidieron un diálogo sobre “todos los temas” en el que “las opiniones más opuestas puedan ser debatidas de buena fe”, para que Newtown (Connecticut, noreste de EEUU) sea un “punto de inflexión”.“No quiero tener que compartir mi experiencia y tener que consolar a otro padre la próxima vez. No quiero una próxima vez”, declaró, con lágrimas en los ojos Nicole Hockley, la madre de Dylan, de seis años, uno de los veinte niños muertos en el tiroteo que costó además la vida a seis adultos.Nelba Marquez-Greene, madre de la pequeña Ana, contó cómo el 14 de diciembre “subí dos niños al autobús y solo uno volvió”.“Es necesario hacer de esta tragedia un momento de transformación”, señaló.Reunidos en el grupo “Promesa de Sandy Hook”, esos padres no dieron ninguna precisión o recomendación sobre los pasos a seguir en cuanto al diálogo nacional y se negaron a hablar sobre el debate actual en torno a la posesión de armas.Pero invitaron a los millones de padres estadounidenses a comprometerse y participar en esta discusión, que busca “identificar y aplicar soluciones de sentido común” para evitar nuevas matanzas.





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