POSADAS. Un nuevo escándalo podría envolver otra vez a las autoridades del Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM). Sólo cuatro meses pasaron desde que se descubrió la impresión de 15 mil estampillas mellizas y ahora otro conflicto salta a la luz: se investiga un faltante de 3 millones de estampillas para paquetes de medio kilo, que habrían desaparecido de una oficina de Apóstoles.Fuentes del organismo confirmaron ayer a PRIMERA EDICIÓN la situación irregular y aseguraron que la cúpula del organismo está al tanto del tema pero que todavía no habría tomado medidas al respecto.Por el momento no se tienen indicios de los responsables pero se presume que fue un robo y se cree que los autores utilizarían las estampillas para “blanquear” la compra de yerba en negro, es decir, a precios menores a los fijados legalmente y por un mercado irregular. Ahora, con las estampillas (Tasa de Inspección y Fiscalización) sustraídas podrían introducir al mercado legal un millón y medio de kilos de yerba empaquetada y blanquear unos cuatro millones de kilos de yerba adquirida en negro; ya que se necesitan unos tres kilos de hoja verde para producir un kilo en paquete.La ganancia que tendría un molino cualquiera al vender tres millones de paquetes de medio kilo asciende aproximadamente a 20 millones de pesos, si se considera un precio cercano a los 7 pesos por paquete.La maniobra se habría descubierto por un control de balance, llegando a fin de año, en una sucursal de Apóstoles y recién trascendió en las últimas horas.La salida de las estampillas no está registrada en los libros de la sucursal y no se encontró documentación que acredite la venta de esos documentos; en base a esta situación se sospecha de un robo para blanquear yerba comprada en negro.La situación seguramente causará fuertes repercusiones en el plano provincial y también nacional, teniendo en cuenta que representaría una importante evasión al fisco.Para colmo, ocurre sólo cuatro meses después del escándalo de las estampillas mellizas. En aquel caso, una empresa yerbatera descubrió que el INYM le vendió 15 mil estampillas duplicadas, es decir, con misma serie y número de otras.La empresa que imprime los documentos se hizo cargo del error pero aduciendo que fue una equivocación humana y que no hubo defraudación al fisco ya que luego de la denuncia las estampillas se destruyeron y la empresa que las había comprado recibió otras en compensación.Se trata de la firma Ramón Choza SA, que ganó la licitación hace casi tres años para imprimir mil millones de estampillas. A la fecha lleva impresas cerca de 750 millones y posiblemente entre 2013 y 2014 cumpla con el convenio. Luego se convocaría a una nueva licitación.DesconfianzaVarios referentes del mercado yerbatero, conocedores del tema, explicaron que el golpe más duro que se genera con estas dos situaciones es a la confianza del Instituto Nacional de la Yerba Mate.Una vez que el organismo pierde la confianza de los productores e integrantes de la cadena de producción, es muy difícil volver a recuperarla.El INYM lleva más de diez años de funcionamiento y nunca pudo hacer cumplir los precios de la materia prima. Siempre los productores se quejaron porque recibían menos dinero por su producto y el organismo no salió de sus oficinas a controlar.Por otra parte, en el ámbito, se acusa a varios de sus integrantes de representar y defender solapadamente a las industrias monopólicas, dejando de lado otros fines.Algunos referentes del Gobierno provincial critican al organismo en forma despiadada y sus representantes se defienden diciendo que el Gobierno quiere quedarse con el manejo del negocio yerbatero. Como contraataque un diputado renovador planteó modificaciones a la ley nacional que regula su funcionamiento, en tanto que otro senador oficialista anunció la presentación de un proyecto para crear un Instituto Provincial de la Yerba Mate, dejando afuera a Corrientes, aunque la iniciativa no se materializó.





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