POSADAS. Norma Mencia tiene 33 años y, además, mucho miedo. No es para menos. Hace poco más de una semana, en medio de un operativo policial por un conflicto de pareja a pocas casas de la suya, recibió un “esquirlazo” después de un disparo involuntario de un efectivo policial.La imprudencia puede costarle caro a la mujer, que perdió la visión en el ojo izquierdo y hoy mismo viaja rumbo a Buenos Aires para someterse a una compleja intervención quirúrgica que determinará si vuelve a ver o si todo queda como estaba hasta ayer, entre sombras.Antes de partir, la mujer dialogó en exclusiva con PRIMERA EDICIÓN. Contó detalles de cómo sucedieron los hechos, pidió que el autor del disparo asuma las responsabilidades por lo que hizo y se mostró esperanzada en poder recuperar la visión.“Un impacto fuertísimo”Todo sucedió alrededor de las 17 del sábado 5 de enero en la manzana 27 del complejo habitacional A-3-2, al sur de la capital provincial.En una de las viviendas de la cuadra, una pareja celebraba el cumpleaños de su hija cuando las cosas se tornaron agrestes y entonces alguien debió llamar a la Policía.“Hubo una pelea de pareja acá, a cinco casas. Como la chica es amiga nuestra, salimos a ver qué pasaba. Yo me quedé en el portón de mi casa y ahí estaba cuando llegó la camioneta de la Décima”, recordó Norma.Fuentes extraoficiales le contaron a este medio que en el lugar se produjo una discusión y que, al parecer, el dueño de casa, un joven de 33 años, se encontraba bajo los efectos del alcohol y amenazaba con un cuchillo a los presentes.“Yo me metí para adentro y en eso vino mi hijo y me dijo que estaban peleando. Entonces, salí de vuelta y me quedé en el portón. Ahí veo que el chico (N. de R.: su vecino, aparentemente ebrio) sale corriendo y pasa por enfrente de casa, seguido por tres policías”, contó la mujer.Fue en ese momento que uno de los efectivos que perseguía al joven con el arma desenfundada, en un accionar claramente imprudente y peligroso, gatilló de manera accidental. El disparó aparentemente pegó en el empedrado de la calle y una de las esquirlas fue a parar entre la ceja y el ojo izquierdo de Norma.Mencia recuerda que “sentí que me pegó algo grande. El impacto fue fuerte y no me tumbó porque me agarré de la reja. En ese momento escuché que el policía gritaba ‘todos al piso, todos al piso’, porque había mucha gente en la calle”.Pese a la violencia del impacto, la mujer no quedó inconsciente en ningún momento y fue trasladada por un vecino al Hospital Madariaga de Posadas: “en la guardia me dijeron que me habían sacado un pedazo de esquirla y ahí me dijeron que tenía que ir al oculista el lunes”.Ese día, en el consultorio oftalmológico, le diagnosticaron a Mencia “desprendimiento de retina” con traslado urgente al Hospital Santa Lucía de Buenos Aires. El especialista fue claro, como recuerda Norma: “me dijo que acá en Posadas ya no había más nada que hacer, que se trata de una operación de alto riesgo y que no me aseguraba que pudiera volver a ver, es decir, que me puedo llegar a quedar ciega del ojo izquierdo”.Norma reconoció que desde la comisaría seccional Décima se acercaron para ayudarla y la trasladaron varias veces para realizar los distintos análisis, aunque de todas maneras pidió que “el que hizo esto asuma las responsabilidades por lo que pasó, porque pudo ser peor e incluso el herido pudo haber sido mi vecino, hasta uno de los compañeros del propio policía o mi beba, a la que gracias a Dios no tenía en brazos en esos momentos porque estaba lloviznando”.Finalmente, luego de agradecer a Servicios Sociales del Madariaga y al Ministerio de Salud Pública por la rápida derivación, Mencia reconoció que tiene miedo de perder la vista. “Ojalá Dios no lo permita; nosotros vamos con toda la fe, no perdemos la esperanza”, afirmó horas antes de viajar a Buenos Aires, donde en las próximas horas se someterá a la operación que tanto esperó y que hasta hace poco más de una semana no imaginaba.





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