BUENOS AIRES (Medios digitales). Un dato estremecedor indica que más de setecientas mujeres y niñas permanecen desaparecidas, presuntamente secuestradas por redes delictivas y sometidas a esclavitud con fines sexuales. “La cifra se obtuvo con una recopilación que hemos hecho de modo manual diferentes organizaciones, donde fuimos volcando la cantidad de mujeres y niñas desaparecidas con presunción clara de trata de personas con fines sexuales”, asegura Fabiana Túñez, integrante de la Casa del Encuentro (con sede en Buenos Aires). Frente a la ausencia de datos oficiales, ésta y otras oenegés deben tomar el lugar de la confección de estadísticas. “Entre todas las organizaciones vamos punteando, cada una aporta sus casos”, dice Túñez.La trata es un delito que incluye el ofrecimiento, captación, traslado o recepción de personas con fines de explotación, dentro del territorio nacional, y desde este país o hacia otros países. Sancionada en 2008, la Ley 26.364 -contra la trata de personas- recibió cuestionamientos de varias organizaciones y movimientos sociales. “La reforma de esta ley tenía media sanción del Senado y pasó a la Cámara de Diputados, donde no se llegó a un dictamen para que fuera tratado en el recinto. Si bien hubo diputados y diputadas que han trabajado fuertemente para que llegara, lamentablemente no ha sucedido así”, sigue Túñez. “Para algunos sectores, este tema parece ser no prioritario y seguramente muchas veces estas organizaciones mafiosas son muy poderosas como para ralentizar las leyes que combaten estos delitos. El fondo de la discusión de la ley es que desaparezca la figura del consentimiento para los casos de las victimas mayores de edad: si desapareciera este consentimiento, muchos negocios quedarían truncos”. En Argentina el abolicionismo está cobrando fuerza: es una postura ideológica, ética y política que busca abolir la prostitución como parte de la erradicación de la desigualdad de género y considera que las mujeres en situación de prostitución son víctimas, por eso no las persigue. En cambio, persigue a proxenetas, rufianes y tratantes y prohíbe los prostíbulos. “La realidad es que desde las leyes y desde la sociedad, a través de la lucha de Susana Trimarco y de tantas otras familias el asunto de la trata ha tomado más visibilidad”, considera Túñez. “Hay que desarmar las complicidades alrededor de la trata y por otro lado, tomar conciencia sobre lo que significa ir a un prostíbulo y pagar por sexo. Si no hubiera demanda, no habría trata”.





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