Con la llegada del verano, las actividades recreativas para aprovechar el tiempo libre se multiplican y, con ello, los tiempos de exposición de la piel a la radiación solar. En Misiones, donde las altas temperaturas muchas veces derivan en mayor cantidad de piel expuesta a los rayos UV, el cáncer de piel y las lesiones precancerosas continúan siendo los motivos más frecuentes de atención dermatológica.
Así lo confirmó la doctora María José Corsi, a cargo del Servicio de Dermatología del Hospital Madariaga, quien en diálogo con PRIMERA EDICIÓN agregó que en 2025 se repitió una tendencia creciente en los últimos años: el aumento de chequeos espontáneos para prevenir patologías de la piel.
“Hoy en día las personas jóvenes se acercan un montón al consultorio, hacen todas las preguntas y los chequeos de lunares”, afirmó Corsi.
Sin embargo, advirtió que todavía la mayoría de los pacientes se acercan al consultorio recién cuando detectan anomalías y lesiones que no cicatrizan.
Más controles y fotoprotección
Corsi explicó que en los últimos años la demanda en la consulta dermatológica cambió, debido a que la concientización y las tendencias sobre el cuidado de la piel le dieron más importancia y permitieron que el protector solar ya no sea un producto de cuidado del verano, sino de todo el año.
Eso se tradujo en un cambio en el consultorio: hoy la consulta más frecuente sigue siendo la del paciente que detectó anomalías en algún lunar o lesión, pero cada vez son más las personas que se acercan para realizar controles de rutina. El cambio de hábito se observa principalmente en los grupos más jóvenes, que “hoy en día tienen la mayoría el hábito de usar protección solar”, afirmó Corsi.
La especialista valoró que ese cambio permite prevenir el fotodaño acumulado, el principal origen de estas patologías: “No es lo mismo diagnosticar un carcinoma basocelular a los 60 o 70 años, que quiere decir que tomó sol durante toda su vida. Hay que acordarse que la piel tiene memoria”, dijo.
La recomendación es realizar los controles anuales en todas las edades, aún cuando no se detecten anomalías. Corsi agregó que ante cualquier cambio en la piel, “por más tonto que sea, que no cura, pica, duele o descama, consultar antes” para llegar a tiempo al diagnóstico y el tratamiento.
Consultas y lesiones más comunes
En el consultorio, la doctora Corsi afirmó que “el cáncer de piel es una de las consultas más frecuentes que tenemos en el Servicio de Dermatología, al igual que las lesiones precancerosas, que son las queratosis actínicas”, causadas por años de exposición solar.
Dentro de los tumores cutáneos, el más habitual es el carcinoma basocelular, “que se origina de las células basales de la piel y, de ese, el más frecuente es la forma nodular”, describió.
En la piel, suele presentarse como “una lesión tumoral definida en superficie lisa, brillante, que adquiere algunos vasitos y que lo más importante es que no cura”, explicó. Estas lesiones se localizan con mayor frecuencia en la cabeza y en el cuello.
Además del carcinoma basocelular, mencionó el carcinoma espinocelular, un tumor maligno que “se origina en las células escamosas de la piel”, y el melanoma, un tipo de cáncer de piel al que definió como “el tumor más agresivo”.

Protectores solares: el costo de prevenir
Uno de los cuidados más importantes para evitar el surgimiento de anomalías y lesiones precancerosas es el uso de protectores solares. Pero si la salida recreativa o de vacaciones es en familia, el costo dedicado a cuidar la piel puede ser un ítem de peso en el presupuesto.
Para empezar a calcular ese valor, hay que tener en cuenta la cantidad de protector solar recomendada para cada miembro de la familia. Para todas las épocas y edades, el factor de protección mínimo recomendado es de 50 fps.
En el caso de una persona adulta, puede utilizar un promedio de 150 a 200 ml de fotoprotector al mes, con una exposición de baja a media a los rayos UV. Esta cantidad prevé una única reaplicación diaria del producto. En el caso de una exposición solar alta (mayor cantidad de horas), la cantidad asciende hasta los 300/500 ml al mes, ya que requiere hasta 3 reaplicaciones al día.
Teniendo en cuenta ese cálculo, las presentaciones de 250 ml pueden servir como parámetro para medir el costo promedio para que un adulto pueda protegerse del sol.
En el mercado se encuentran precios que van desde los 12 mil pesos hasta los 22 mil. Si además se incluyen agregados como filtros especiales, presentación en spray o pigmentación matificante, el costo puede ser aún más elevado.
En el caso de los niños, se pueden encontrar formulaciones pediátricas, adaptadas para ellos a partir de los 24 meses, ya que antes está contraindicada la exposición solar.
La cantidad de producto por mes varía de acuerdo a la edad: de 2 a 5 años, es de 90 a 120 ml, mientras que en edad escolar (de 6 a 12 años) es de 120 a 150 ml. En un mes de exposición alta puede alcanzar valores de una persona adulta: de 250 a 400 ml.
Tomando como referencia los 150 ml, se encuentran precios desde los 13 mil hasta los 46 mil pesos.





