
Cristian “Pity” Álvarez volvió a subirse a un escenario el sábado por la noche en Córdoba, marcando su regreso a los grandes shows tras más de siete años de perfil bajo. Con autorización judicial y ante unas 35 mil personas, el músico se presentó en el Estadio Mario Alberto Kempes con un recital extenso, preciso y sin sobresaltos, en el que recorrió gran parte de su repertorio histórico.
El concierto comenzó de manera puntual, una rareza incluso para sus seguidores más fieles, y se extendió por más de tres horas. A lo largo de 33 canciones, Álvarez evitó improvisaciones y se apegó estrictamente a lo pautado, concentrado en cumplir con cada detalle del espectáculo. Hubo pogo, cerveza y clima festivo, pero bajo un acuerdo tácito de orden y cuidado, tanto del público como del propio artista.
Vestido con un pantalón a rayas blancas y negras, Pity tomó la palabra pasados los primeros minutos del show y dejó una de las pocas reflexiones de la noche: “Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza significa que todos somos Dios… entonces ¿quién me puede juzgar a mí? Solo el universo me puede juzgar”, dijo ante la ovación del estadio.
El recital representó su primer gran show desde el episodio ocurrido en 2018, cuando mató a un hombre en un contexto atravesado por el consumo problemático de drogas y una grave crisis de salud mental. Desde entonces, el músico atravesó períodos de detención, tratamiento psiquiátrico y rehabilitación. En el escenario, sin embargo, evitó cualquier referencia explícita a ese pasado reciente.
Durante la noche, Álvarez se mostró agradecido con su equipo de trabajo y consciente del camino recorrido para concretar su vuelta. Personas de distintas generaciones colmaron el estadio, con una marcada presencia de quienes crecieron escuchando Viejas Locas e Intoxicados en los años 90 y 2000. Muchos viajaron desde distintos puntos del país para presenciar un show que consideraron histórico.
El repertorio incluyó clásicos como “Intoxicado”, “Me gustas mucho”, “Volver a casa”, “Mirta”, “Una vela”, “Está saliendo el sol”, “Fuego” y “Lo artesanal”. También hubo espacio para estrenos en vivo de canciones nuevas, como “No te entiendo” y “No sé cuándo”. Uno de los momentos más emotivos se vivió con “Nunca quise” y “Homero”, el tema dedicado a su padre, que generaron una fuerte respuesta emocional del público.
El humor, rasgo habitual del artista, también estuvo presente. Tras un breve intervalo de diez minutos, regresó al escenario con una remera que decía “Cualquier similitud con Pity Álvarez es pura coincidencia” y lanzó bromas que descomprimieron la intensidad del show.
Desde el punto de vista judicial, el recital fue posible debido a que Álvarez fue declarado inimputable de manera provisoria por su estado de salud mental. El juicio por homicidio permanece suspendido, aunque no anulado, según indicaron fuentes judiciales. En los últimos años, además, contó con el acompañamiento del padre César, conocido como el “cura rockero”, quien lo asistió en su proceso personal.
Sin discursos ni explicaciones, el músico eligió expresarse a través de sus canciones. Antes de despedirse, tras interpretar “Quieren rock” y “Piba”, cerró con una frase breve que resumió la noche: “Espero que les haya gustado. Rock & roll”.
Queríamos Rock
Nos dio Rock
Gracias por volver Pity Álvarez.
Te estábamos esperando pic.twitter.com/AbyZ6uGPOF— Alén Rappaport (@alenrappaport) December 21, 2025
Fuente: La Nación








