A casi un mes del incendio que inutilizó gran parte de la estructura productiva del frigorífico Campo San Isidro, la empresa atraviesa su etapa más crítica porque, aunque la liquidación del seguro está en proceso, su cobro todavía demandará un tiempo, pero ya no tienen stock y gran parte del personal está sin actividades posibles.
“A la semana y media después del siniestro ya nos quedamos sin productos de fábrica y ahora solo estamos sosteniendo las actividades de una pequeña parte del personal mediante la compra-venta de media res y productos cárnicos que no requieren proceso, pero el resto del personal que estaba dedicado a fábrica, ya no tiene tareas”, se sinceró en diálogo con PRIMERA EDICIÓN el socio gerente de la empresa, Federico Panozzo.
“Durante las primeras dos semanas, el personal acompañó con las áreas de limpieza y trató de ordenar algunas cuestiones que estaban a mano, pero en este momento estamos parados”, aseguró.
Según contó, la imposibilidad de producir llevó a la empresa a tomar medidas inmediatas para ganar tiempo mientras espera definiciones de la indemnización: “Esta semana decidimos darle licencia a todo el personal y ahora estamos en reuniones para ver cómo se puede resolver esto, de modo que el impacto sea el menor posible para todos”, amplió.
Consultado sobre el futuro laboral del personal de planta, Panozzo fue directo: “Lamentablemente no podría decir cuánto va a durar este proceso hasta que el seguro liquide y podamos recomponer el sector de producción”. Aun así, sostuvo que la empresa priorizará conservar los puestos de trabajo: “La idea es defender todas las fuentes de trabajo, así sea con suspensión momentánea de sus actividades y volver a reincorporarlos, porque es personal especializado, al cual valoramos muchos”.
Asimismo, tal como ya lo había referido anteriormente, el contexto estacional agrava aún más la situación, ya que diciembre era el mes de mayor expectativa comercial: alta producción, ventas de fin de año, abastecimiento sostenido.
“Nada de esto va a suceder”, lamentó. Y agregó que la complejidad también es social: “Nos ha complicado con el personal, que también tiene sus necesidades”.
Durante la charla con este Diario, Panozzo también graficó el escenario con el cual se encontraron cuando tuvieron permitido el ingreso a la fábrica, después de los peritajes de rigor de parte de la policía y del seguro.
“Lo que encontramos confirmó el peor escenario, ni bien pudimos entrar a revisar, a mover cosas, porque con el fuego se cayó el cielo raso. Entonces, fue bastante caótico entrar a ver qué quedó de la fábrica. El daño en la maquinaria fue total. Aunque algunas conservaban su forma, están irrecuperables”, dijo el empresario.
Y agregó: “La temperatura hizo que por dentro se derritan los cables y los componentes electrónicos. Ninguna de las máquinas de nuestra línea de producción funciona. Ahí caímos en la realidad de que no podríamos tener producción”, lamentó.
Las alternativas en estudio
A mitad de semana el gerente viajó a Buenos Aires para realizar gestiones con la compañía de seguros. Sin embargo, los tiempos no dependen de la empresa.
“Por ahora solo nos queda esperar. El seguro también se toma su tiempo para el tema de liquidaciones.
Tienen estudios que van interviniendo, los liquidadores se acercan, hacen su análisis, piden fotos, los peritajes policiales. Evidentemente hacen una investigación y esto lleva su tiempo”, explicó.
Por otra parte, entre las alternativas para sostener su marca en el mercado, está la de producir por fazón en otro establecimiento del país.
“Hacer fazón con otro frigorífico que pueda formular productos de la misma manera que lo haríamos nosotros es una técnica común en la zona centro del país. Por lo pronto, pretendemos fabricar en otro lugar para así poder comercializar. Eso es lo que estamos iniciando”.








