Esta tarde, como hace quince años, los remeros de la fe realizarán un festival para los niños de la localidad correntina de Yahapé, donde eligen pasar la noche antes de los últimos intentos para llegar hasta la Basílica de la Virgen de Itatí. Su paso por aquí, una vez más, no será en vano.
El profesor de educación física, Wildo Alejandro “Galo” Bernal, aseguró que “la gente siempre nos espera”, por lo que organizamos juegos, damos un refrigerio y repartimos donaciones de ropa y juguetes que recolectamos durante el año. “Es por eso que agradecemos a la gente que dona para esa causa, a varias empresas de Posadas y al Hospital de Juguetes”.
Contó que, en una oportunidad, “habíamos ido a una fábrica de alpargatas por la avenida Santa Catalina. Nos dieron algunas que estaban manchadas y tenían algunos detalles. Fuimos a Yahapé, donde hay mucha gente humilde, y repartimos a los chicos. Así comenzamos. Desde 2009 hacemos una fiesta para los chicos. Antes hacíamos una chocolatada, ahora le damos jugo o gaseosa. Hacemos una fiesta como festival del movimiento, les hacemos jugar, somos algunos profes de educación física, organizamos actividades lúdicas, deportivas y, después, entregamos regalos”.

Claudia Rodríguez confió que “es algo lindo lo que hacemos el 6 de diciembre, en Yahapé”. Contó que cuando llegamos, el día 5 al mediodía, los niños se acercan al río, “nos traen chipa, y ya preguntan ¿mañana va a salir la fiesta de los niños? Nos ponemos a organizar la ropa por tamaño, para mamá, papá, hijos, en bolsitas. Pero ellos lo que quieren son los hermosos regalos del Hospital de Juguetes que Silvia Moreno nos regala desde hace varios años”.
Agregó que los chicos reciben un regalo “bien presentado, con moño, juguetes que funcionan”, autitos de arrastre, control remoto, muñecas con vestiditos.
“La alegría que ves en sus rostros es impagable. Nos llena de alegría y emoción ese momento. Sucede lo mismo cuando estamos llegando a la Basílica por el río porque paramos en una isla y, cuando cruzamos, la gente que se asoma y te grita, fuerza. Te llena el alma de emoción, es la misma emoción en esos dos momentos”, evocó mientras trataba de disimular “un nudo en la garganta”, quien desde hace nueve años acompaña al grupo de “Galo” en la travesía.






