Al conmemorase un nuevo aniversario del nacimiento de Andresito (30 de noviembre de 1778) la Universidad de la Integración Sudamericana (UNISUD) y el Instituto de Estudios Superiores “Hernando Arias de Saavedra” impulsaron un espacio de reflexión histórica con la participación de especialistas y estudiantes que homenajearon al héroe, honrando el legado y profundizando el aporte a la identidad misionera y regional. Entre los disertantes estuvo la Doctora en Historia, Ana María Ribeiro, una de las principales especialistas del continente en la figura de Artigas, autora de 14 libros, seis de ellos dedicados al prócer de Uruguay, de donde es oriunda.
En su tercera visita a la tierra colorada, manifestó: “Vengo con mucho placer a participar en esta semana que centra los estudios en Andrés Artigas porque es una figura importante y porque hay en torno a eso un proceso de reelaboración de identidad”.
Indicó que aquí “lo ven a Andresito en un proceso de construcción y reforzamiento de una identidad misionera, para ustedes es un orgullo directo, que habla de ustedes mismos, tener una figura referencial de la cual sienten orgullo. Para nosotros no es tan identitario como lo es José Gervasio Artigas. Lo que es Andresito en la historiografía uruguaya es una figura clave para Artigas y para el artiguismo, una provincia que fue fundamental en el sistema planteado por Artigas y un ejemplo de lealtad total al artiguismo”.
Durante la jornada “Andresito y Artigas en el Proyecto Federal de la Patria Grande”, desarrollada el jueves, Ribeiro se refirió a Andresito y Artigas y a la relación de ambos. Indicó que, “el final de Artigas se libra y se juega en estos paisajes, en estos parajes, cruza a Paraguay en Candelaria. Hablé de eso y del valor que tenía para el sistema artiguista la provincia de Misiones”. También explicó por qué Artigas es un héroe nacional, “por qué construimos eso que, de alguna manera, retacea la acción de Artigas en otras provincias. Es muy importante para Corrientes, Santa Fe, pero generalmente lo reducimos al héroe nacional, que es algo que tenemos que revisar”, dijo quien escribió 14 libros y dedicó a Artigas: “Los tiempos de Artigas”, “200 cartas y papeles de los tiempos de Artigas”, “El caudillo y el dictador”, “Instrucciones del año XIII, 200 años después” y “Tierras, reglamento y revolución. Reflexiones a 200 años del Reglamento de 1815”.
En vísperas del cumpleaños de Andresito, es inevitable hablar de Artigas. “Por algo lo eligió como su apellido. Adopta un apellido porque adopta un padre. La de Andresito con Artigas es una relación sustitutiva de aquellos que tenían los padres jesuitas con ellos. Es el que te instruye, el que te marca el camino, el que te da los principios morales, el que rezonga cuanto te tiene que rezongar, es el que sabe cuál es la causa justa. Es una relación de subalternidad bajo régimen de paternidad política. Es una paternidad, no solo con un vínculo y un proyecto, es una paternidad con un vínculo afectivo, de responsabilidad afectiva. Es un vínculo distinto al que nosotros tenemos hoy con nuestros gobernantes. Los votamos o no pero no los amamos. Ellos se tenían verdadera devoción. Y Andresito cuando adopta ese apellido como suyo está marcando esa relación fuertemente”, explicó. Al decir de Ribeiro, en los documentos siempre aparece como “Andresito”, “Don Andrés”, “comandante”, “ciudadano Andrés”.
Decir ciudadano era un elogio importante “porque antes de conquistar políticamente la ciudadanía habían sido súbditos, tenían un rey, obedecían sin cuestionar. Ser ciudadano es tomar decisiones, juzgar, opinar, votar, es arte y parte, no solamente alguien contemplativo y obediente en un rincón. Esos son los títulos con los cuales Artigas lo nombraba. Si tenía que rezongarlo, lo hacía. Cuando perdió San Borja, lo rezonga. Le dice repóngase y recupere la tierra de sus padres y suya propia”.
Período “durísimo”
Entre tantas anécdotas, la historiadora uruguaya recordó que mientras escribía “El caudillo y el dictador”, su madre llegó hasta el escritorio a acercarle frutas, cuando la vio sentada escribiendo y llorando. “Es que leía unas partes de batalla y no podía seguir porque describía cómo los brasileños entraban a los montes y mataban a las familias -niños, ancianos, embarazadas- que iban con el ejército de Artigas. La devastación de Misiones fue muy cruenta. Hay escenas muy dantescas. A veces es duro meterse en un archivo, porque te metés en la vida cotidiana de otros. Un libro te hace una síntesis -llegó a tal lugar, se fue a tal otro, ganó tal batalla- pero cuando trabajás con el documento ves las bromas, la opinión, la desesperación, la rabia, ves todos los sentimientos”, señaló.
De tantos leerlos, “sabíamos cuándo Artigas estaba de mal humor, porque conocés los giros del lenguaje al personaje. Cuando en una carta decía: ¡Por Dios!, es porque estaba furioso. Detrás del ¡Por Dios!, venía un rezongo mayor. Te metés mucho en la vida de los personajes, te metés en una cosa que es carnadura de la época que no suele ser la que aparece en el libro después”, agregó.





