La Cámara de Diputados fue escenario este jueves de una presentación que rápidamente quedó en el centro del debate público: casi seis horas de exposición destinadas a instalar dudas sobre las vacunas contra el Covid-19, en un clima dominado por teorías desacreditadas y figuras vinculadas al movimiento negacionista.
El momento más insólito se dio cuando una licenciada en biotecnología llevó al escenario a un hombre con el torso desnudo para intentar probar “magnetismo corporal” tras la vacunación. El experimento, grabado por todos los presentes, fracasó de manera evidente: los objetos metálicos no se adherían a la piel, pese a los intentos repetidos. Aun así, la expositora sostuvo que no se trataba de “grasa en la piel” y desafió: “Quiero saber qué dicen los médicos”.
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Una jornada cargada de teorías refutadas
El encuentro titulado “¿Qué contienen realmente las vacunas Covid-19?” fue impulsado por la diputada del PRO Marilú Quiroz, quien en la apertura defendió la necesidad de “revisar la obligatoriedad de la vacunación” y de “dar voz a especialistas ignorados”. El auditorio estuvo colmado por militantes antivacunas y profesionales asociados a grupos que niegan la evidencia científica.
Entre los oradores se encontraban miembros de “Médicos por la Verdad” y otros referentes que volvieron a exponer hipótesis desmentidas hace años, como la supuesta relación entre vacunas del calendario y autismo, o imágenes de “sangre de vacunados” sin ningún método verificable.
Rechazo inmediato de la comunidad científica
La realización del acto dentro del Congreso encendió alarmas en sociedades médicas y especialistas en salud. Entidades como la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE), la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y la Sociedad Argentina de Pediatría habían solicitado formalmente suspender el evento por difundir datos falsos en un contexto crítico.
En un documento enviado antes de la actividad, advirtieron que la charla podía “generar confusión y riesgo para toda la comunidad”, especialmente cuando vuelven a circular enfermedades como sarampión y coqueluche debido a la caída de coberturas vacunales.
“Es fundamental proteger la confianza pública en las vacunas”, señalaron, y remarcaron que los inmunizantes cuestionados han demostrado seguridad y eficacia en miles de estudios y en millones de aplicaciones en todo el mundo.
La defensa de Quiroz
Frente al repudio, Quiroz insistió en que su objetivo era “visibilizar dudas legítimas” sobre las vacunas aplicadas durante la pandemia y sobre los contratos firmados con laboratorios internacionales.
“Me han tratado de burra, pero yo escucho. Hay que dejar hablar a quienes saben”, afirmó, asegurando además que el evento “intentó ser cancelado varias veces”.
Un mensaje riesgoso en un momento delicado
La coincidencia del acto con reuniones legislativas sobre salud en otras salas del Congreso profundizó la controversia. Para especialistas, habilitar discursos negacionistas en un espacio institucional en medio de un rebrote de enfermedades prevenibles es “un acto de enorme irresponsabilidad”.
La SAVE fue categórica: “Con tasas de vacunación alarmantemente bajas, este tipo de actividades incrementa el riesgo sanitario”.
Las presentaciones incluyeron paneles con teorías ya desacreditadas globalmente, algunas originadas en estudios fraudulentos retractados hace más de dos décadas. Para la OMS, este tipo de desinformación alimenta la vacilación vacunal, considerada una de las principales amenazas sanitarias del siglo.
Fuente: Medios Digitales








