Patricia Couceiro
Máster en Constelaciones
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Y seguimos corriendo hacia afuera como si las soluciones tuvieran que ser conquistadas fuera de nuestra conciencia.
Como si fuera peligroso quedarse dentro, así nuestro interno se vuelve no confiable.
Viviendo a modo supervivencia, donde tenemos que salir, correr, conquistar, resolver en forma inminente, nuevamente nuestro interno no es opción. Y seguimos …salimos corriendo para ayudar a otros, salvarlos, aconsejarlos, contenerlos o dándole consejos. Salimos a buscar técnicas, herramientas disciplinas innovadoras. Salimos a formarnos, a estudiar, a certificarnos para ayudar a otros. Queremos ser diplomados, terapeutas, consejeros para ayudar y en ese afán nos olvidamos de lo más importante: habitarlos. Las técnicas, meditaciones y herramientas son para el autoconocimiento. Sostenerse a sí mismos es requisito indispensable para transformarse.
Permitirse entrar en el vacío, habitarlo en silencio es la puerta de entrada. Es el silencio que nos impregna de luz y amor porque el vacío está lleno de amor, si es que nos animamos a entregarnos a él. Más silencio, más resonancia, más vacío, más entrega y rendición a lo inabarcable y así, es aquello que habita el espacio vacío lo que nos comienza a habitar y nos vamos de a poco convirtiendo en eso que es y que todavía no lo soy por no poder entregarme. Así volvemos a comenzar.
Desde o por el miedo salimos corriendo, buscamos fuera, nos formamos con tácticas sin siquiera poder hacernos cargo de nuestra vida por no poder rendirnos a lo que nos toca vivir como experiencia de evolución. Rendirse no es sumisión ya que la sumisión es entrega de poder. Rendirse es dejar de luchar dentro y aceptar la grandeza de lo que cada uno de nosotros es y desde ese espacio comenzar a responsabilizarnos de nuestras propias acciones, aquellas que a través de la experiencia nos llevarán inevitablemente a las transformaciones.
Poder tomar las experiencias de la vida como aprendizaje y recuperar la autoridad interna nos transforma en la experiencia encarnad, desde ese espacio solo nos queda irradiar y dejar que el otro pueda hacerse cargo de lo propio. Solo seamos faros de luz y amor encarnados….lo que sana es lo que es y para llegar a lo que es hay que dejar morir la pequeñez de lo que creemos ser. ¿Que da miedo? sí que da porque es morir a una identidad ficticia. Simplemente ten fe y dejate llevar por tu propio interno a través del mar de las imposibilidades que te va a mostrar lo que sí podes.








