La docente y escritora Elsa Barberán impulsó a comienzos de este año un proyecto innovador en la Escuela N°167 Misión Cooperativa, de la capital provincial, donde se desempeña. Se trata de un poemario escolar elaborado a partir de producciones de alumnos desde primero a séptimo, un trabajo que involucró a diversas áreas y docentes de la institución.
El proyecto invitó a los estudiantes a crear poemas, poesías, versos y cuentos, vinculados a distintas temáticas o sobre temas libres, según emociones, intereses y vivencias de estos jóvenes protagonistas.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Elsa Barberán comentó que si bien los alumnos de primer año aún no cuentan con una formación que les permita realizar producciones extensas “se le dio la prioridad para que puedan expresarlo a través de un dibujo. Porque el poemario también posee ilustraciones”, explicó.
Vale destacar que la escuela cuenta con una matrícula de 450 alumnos, de los cuales participaron voluntariamente más de 300 junto, en un trabajo articulado con distintas áreas como: Lengua, Ciencias Sociales y Ética “lo que permitió integrar contenidos y acompañar el proceso creativo dentro del aula (…) fue un proyecto integrador”.
La docente comentó que uno de los objetivos de la creación del poemario fue para que el niño aprenda a desenvolverse, a través de las letras y que “tenga el gusto y el placer por escribir; por producir y no tenga ese temor de querer exteriorizar aquello que percibe. Un trabajo que se desarrolló en el aula para ayudar al alumno a que exprese libremente lo que piensa y siente.
Las producciones se reunieron mediante una dinámica simple y motivadora: una caja forrada y decorada con palabras que se colocó junto a la dirección. Allí, cada estudiante depositaba su texto. Luego, la docente leía cada uno de los trabajos, transcribía, editaba y organizaba cada pieza, registrando el nombre, grado y turno del autor. Finalmente, realizó la encuadernación de manera simple y de forma totalmente.
Para la educadora, la elaboración del poemario fue “una experiencia muy enriquecedora”, tanto en lo personal como en lo pedagógico.
“Como también me dedico a escribir, valoré cada producción de los alumnos. Fue una experiencia innovadora y muy linda. Creo que es el primer paso para que nuestra escuela siga desarrollando el placer por la lectura y la escritura”, expresó.
Tras la buena respuesta de los alumnos y docentes con esta primera experiencia, desde la institución se buscará continuar con este proyecto. “Los niños que participaron, desde los 6 hasta los 12 años, se sintieron muy motivados. Queremos sostener esa energía para que sigan desarrollando lo que sienten y piensan a través de las letras”, afirmó Barberán.





