La última encuesta de la Confederación Económica de Misiones (CEM) mostró que la mayoría de las pymes de Misiones trabaja con niveles de utilización de capacidad muy inferiores al ideal y que el movimiento comercial del mes volvió a ubicarse en parámetros “regulares”. El relevamiento, realizado sobre 263 unidades productivas de comercio, servicios, industria, producción y turismo, incorpora por primera vez una medición detallada de la capacidad instalada, un indicador clave para evaluar el nivel real de actividad.
De acuerdo al informe, el 40% de las empresas opera entre el 41% y el 60% de su capacidad, considerado un ritmo “medio” de trabajo. A este grupo se suma un 27% que funciona entre el 21% y el 40%, lo que implica un nivel bajo de actividad. En total, más de dos tercios del entramado pyme provincial se mantiene lejos de un funcionamiento pleno, lo que coincide con la percepción mayoritaria de que la situación económica continúa siendo inestable.
El reporte también consigna que solo el 4% de las firmas trabaja por encima del 80% de su capacidad, mientras que un 12% está por debajo del 20%, rango que los autores del informe clasificaron como “muy por debajo de la capacidad”. La distribución se repite con variaciones según el sector: el comercio concentra la mayor proporción de actividad media, los servicios muestran un predominio del rango intermedio, la producción y el turismo tienden a ubicarse entre los niveles más bajos y la industria presenta un esquema más repartido, aunque igualmente alejado del uso total del potencial instalado.
La combinación de baja utilización y un mercado con comportamiento irregular ayuda a explicar la persistencia de una tendencia que lleva varios meses: más del 84% de los encuestados evita tomar decisiones sobre recursos humanos. El estudio revela que la mayoría no planea contratar ni reducir personal, signo de un clima de prudencia extendido. Además, entre las dificultades para incorporar nuevos trabajadores aparecen obstáculos estructurales: las cargas laborales (29%), la inestabilidad económica (18%), el temor a litigios laborales (16%) y el riesgo sindical (16%).
Con relación al movimiento económico, el informe señala que octubre fue catalogado como “regular” por el 37% de las firmas, mientras que los segmentos “bueno” y “malo” quedaron empatados en 23%. Otro 13% lo definió como “muy malo”, manteniendo una tendencia similar a la de los últimos meses.
Las problemáticas que enfrentan las pymes no mostraron variaciones respecto de relevamientos anteriores. En el plano nacional se repiten la carga tributaria (26%), el costo laboral (21%) y la recesión (16%) como principales factores que condicionan la actividad. En el ámbito provincial predominan nuevamente la carga tributaria (29%) y las barreras arancelarias (27%), mientras que en el nivel municipal la informalidad y la competencia desleal (21%) encabezan las preocupaciones, seguidas por las tasas e impuestos internos y el movimiento comercial fronterizo.

Otro punto central del relevamiento es el comportamiento financiero. Según la encuesta, la evolución de la mora en los pagos se concentró en tres respuestas: “aumentó levemente” (33%), “se mantuvo estable” (28%) y “aumentó significativamente” (23%). También se registró que un 30% de las empresas recibe cheques rechazados de manera ocasional y un 6% lo experimenta con frecuencia.
En cuanto a las expectativas, el trabajo muestra un cambio abrupto respecto del mes previo: el 52% considera que el país crecerá en los próximos seis meses, frente al 27% que lo afirmaba en el relevamiento anterior.
El informe concluye que el entramado pyme local continúa operando “sin grandes variaciones respecto de los meses previos”, con altos niveles de cautela, demanda contenida y utilización parcial de su capacidad producti






