
Existen muchos falsos profetas, a veces los escucho hablar, los escucho crear temores y sostener la idea de un Dios ajeno a ti y a mí. Escucho como desinforman, observan todo tipo de limitaciones y crean más karma.
Siglos y siglos hemos escuchado a falsos profetas y a todos los que nos dijeron: “Debes creerle a este enviado de Dios”. Lo que menos desea un falso profeta es que te empoderes, porque en ese instante pierde el control sobre ti. Se empoderan ellos y te dicen: “Cree en mí y yo te voy a salvar”. O empoderan solo a un Dios ajeno a ti y te dicen: “Él te castigará si no le obedeces”.
Hay muchos que hablan con falsa autoridad, y muchas personas los siguen. No solamente incumplen su propio plan, sino que provocan el incumplimiento de los planes de los demás. Despistan a todos aquellos que confían en su palabra, y nunca son congruentes entre lo que dicen y lo que hacen.
La primera consecuencia de delegar tu poder es tener una vida sin metas. La segunda, tener una vida en la cual no deseas disfrutar. No te das cuenta de que este plano físico es hermosísimo. No solamente puedes lograr en él la ascensión, sino porque este plano físico fue dotado de una belleza que los seres de séptima dimensión aman.
Es más, estamos cambiando este plano físico, que cada vez está mejor y que llegará a la ascensión total. Al vivir en este plano físico podemos disfrutar de los sentidos corporales, algo que no podemos hacer en séptima dimensión. En efecto, es hermoso vivir en séptima dimensión.
Es puro amor incondicional, pero también estarás de acuerdo en que los cinco sentidos son muy atractivos. Nos brindan una variedad de experiencias únicas, que no se pueden experimentar en otros planos. Otra consecuencia de delegar tu poder es que generas karma en las personas que interactúan contigo.
Al sostener tus limitaciones, puedes estar creándolas también en los demás. Un ejemplo de esto es la posición que adoptes con respecto a la ambición. Te han enseñado que tener metas y sueños grandes es ser ambicioso, y que eso es malo. En realidad, la ambición tiene que ser equilibrada.
Tanto la ambición desmedida como la falta de ella son muy dañinas. Hay que tener ambición para tener sueños grandes y saber que somos seres grandiosos, con un poder absoluto, a imagen y semejanza de Dios. Dios se divide en todos nosotros.
Y por eso, a pesar de ser difícil, es posible cumplir con tu plan. Lo primero es conectarte con tu Ser superior, que fue quien creó el plan que debes cumplir. ¿Sabes quién es? Tu Presencia Yo Soy. Debes permitir que ella sea quien dirija tu vida, pero no podrás hacerlo si estás todo el día pensando en agravios pasados y catástrofes futuras.
Eso te impide escuchar la voz interior que te dice una y otra vez: “Yo escribí el plan; ahora déjame hacerme cargo de él”. Esa voz eres tú mismo, pero no te escuchas porque estás ensimismado, activando la rueda de causa y efecto cada vez que llegas a la Tierra y no cumples tu plan.
Si has llegado hasta aquí, es porque tu alma ya está lista para escucharse a sí misma.





