“Evoluciona bien, gracias a Dios”, dice con alivio Carolina Haiber, la mamá de Emilio Giménez, uno de los jóvenes que sobrevivió al trágico accidente del colectivo que cayó al arroyo Yazá. Mientras espera noticias de los médicos en el hospital de Eldorado, donde su hijo continúa internado, cuenta que los últimos días “fueron un remolino de miedo, esperanza y agradecimiento”.
Emilio, estudiante de Ingeniería en Oberá, había estado internado en terapia intensiva del hospital SAMIC tras el siniestro, y fue trasladado a Eldorado para seguir su recuperación cerca de su familia. “Pedí el traslado porque allá estábamos solos. Acá tenemos a todos: la familia, los amigos, el cariño que hace falta para salir adelante”, explicó su madre en diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Carolina todavía recuerda el momento en que se enteró del accidente: “Me enteré por Facebook, el domingo a la mañana, cuando iba a votar. Empecé a llamarlo, pero no me atendía. Después su compañero me confirmó que había viajado en ese colectivo, y ahí fue el shock”.
Su hijo sufrió un pulmón perforado y golpes en la cabeza, el abdomen y el tórax, pero lo más grave, contó, “fue lo del pulmón”. Estuvo en coma durante cuatro días y recién después los médicos pudieron pasarle a una sala común. “Ahora come, duerme y se lo ve más animado, aunque todavía llora cuando recuerda el accidente: me dice que escucha los gritos y los llantos”, relató.
Hasta el momento, ningún representante de la empresa del ómnibus se comunicó con la familia. “Llamamos, dijeron que iban a devolver el llamado, pero hasta ahora nada”, lamentó. Aclaró que aún no iniciaron acciones legales: “Estamos enfocados en que Emilio salga del hospital; después veremos con un abogado”.
La mujer también busca que su hijo reciba atención psicológica. “Le hace falta. Si no lo atienden acá, lo voy a llevar por mi cuenta cuando le den el alta”, aseguró y luego explicó que la recuperación será larga y requerirá kinesiología, controles médicos y apoyo emocional. “Este año no creo que pueda volver a estudiar”, admitió.
Aun así, se muestra esperanzada. “Con el acompañamiento de la familia, todo se puede sobrellevar. Emilio está vivo, y eso es lo más importante”, dijo con voz entrecortada.
Carolina agradeció la solidaridad de vecinos y amigos, que organizaron una lotería solidaria para este domingo. “Toda la provincia ayudó. No me puedo quejar. La gente se acercó, donó premios, preguntó por él. Nos sentimos muy acompañados”, contó.
Ahora, la familia se concentra en los próximos pasos. “Vamos a ver cómo seguimos. Es difícil, pero tenemos fe. Emilio tiene 22 años y un futuro por delante”, dijo. Finalmente, afirmó: “Tengo otro hijo de nueve años. Todo esto nos cambió la vida, pero estamos juntos, y eso nos da fuerza”.




