La pulseada entre los industriales misioneros de la madera y el gremio USIMRA sumó un nuevo capítulo en los últimos días, luego de que la Asociación de Madereros, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (Amayadap) anunciara que analiza retirarse de la Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA). La decisión, explicó su presidente Enrique Bongers, se debe a la falta de representación en las paritarias nacionales, donde se acordaron incrementos “impagables” en medio de la fuerte recesión que atraviesa el sector.
“El sindicato maderero USIMRA quiere cerrar una negociación que incluya los meses de noviembre, diciembre, enero, febrero y marzo. Pero desde FAIMA, sobre todo en lo que es el sector aserradero, nos resulta casi imposible cumplir con el acuerdo anterior, que fue del 2%, más 2%, más 1,6%, que se terminó en octubre y se pagó en noviembre. Ahora pretenden otro aumento cuando la situación es crítica”, señaló Bongers a PRIMERA EDICIÓN.
Desde Amayadap proponen postergar la discusión salarial hasta el 31 de diciembre y retomar el diálogo en enero, una vez superado el pago de aguinaldos y vacaciones, y cuando exista mayor claridad sobre el rumbo económico y las eventuales reformas laborales que prepara el Gobierno nacional.
“No pedimos no pagar, pedimos un cuarto intermedio. Estamos sosteniendo la mano de obra con las plantas trabajando a menos del 50% de su capacidad. No somos multinacionales que suspenden o echan gente: tratamos de mantener a nuestro personal, que cuesta capacitarlo”, explicó.
Bongers recordó que Amayadap, con sede en Eldorado, es la cámara más grande y representativa de las 28 que integran FAIMA, y que aporta la mayor cantidad de fondos al sistema gremial (artículo 31 y RIMRA). Sin embargo, dijo que el sector misionero no se siente representado por los paritarios que negocian en Buenos Aires.
“Ya en la negociación anterior les habíamos dado un mandato de ofrecer el 1% por la crisis, y cerraron 2%, más 2%, más 1,6%. Alegaron que las demás cámaras habían aceptado, pero muchas son pequeñas carpinterías que no viven la misma realidad que nosotros. Tenemos una mano de obra muy intensiva y una carga salarial enorme”, detalló.
El dirigente sostuvo que “parece existir un acuerdo tácito” entre paritarios y sindicatos que termina favoreciendo sistemáticamente al sector gremial.
“Nosotros queremos seguir dentro de FAIMA, fortalecerla, pero los paritarios tienen que entender que el contexto cambió. No se pueden seguir pactando aumentos deliberadamente y tan altos como los que vienen presentando”, advirtió.La entidad misionera presentará el viernes sus números al sindicato para mostrar el impacto real de los incrementos en las estructuras de costos.
“Queremos que entiendan que no es un capricho del aserradero. Simplemente pedimos que se contemple la situación y se espere hasta enero para discutir nuevos porcentajes”, sostuvo Bongers.
Por otro lado, el titular de Amayadap valoró la posibilidad de que, en el marco de la reforma laboral impulsada por el Gobierno nacional, se habiliten negociaciones por zonas o ramas de actividad. “Vemos con buenos ojos lo que plantea Federico Sturzenegger sobre la posibilidad de negociar por provincias o regiones. No es la misma realidad de una industria maderera en Misiones que una carpintería pequeña en Buenos Aires. Acá el costo de vida y la estructura de personal son completamente distintos”, remarcó.
En ese sentido, Bongers consideró que el sector forestal y aserradero de Misiones necesita reglas más realistas para sobrevivir a la coyuntura actual. “Estamos atravesando una de las crisis más grandes de la historia del sector. Si no se ajustan las negociaciones a la realidad regional, muchas empresas no van a poder seguir pagando los sueldos ni mantener el empleo”, advirtió.
Amayadap insistirá esta semana en lograr una pausa en la negociación, con la expectativa de evitar una ruptura definitiva con FAIMA. Sin embargo, Bongers dejó en claro que la cámara no descarta tomar decisiones drásticas si las próximas paritarias vuelven a cerrarse sin atender los planteos del norte misionero.
“Si seguimos sin representación real, no tiene sentido permanecer en una estructura que no escucha al principal sector empleador de la madera del país”, conclu







