Argentina es un país de incidencia media-alta en materia de cáncer de piel: las últimas estimaciones del Instituto Nacional del Cáncer (INC), ubican la tasa de incidencia general de estos tumores dérmicos en 212,4 casos por cada 100.000 habitantes.
Específicamente para el tipo más agresivo, el melanoma, el 52,8% de los casos se atribuye a la exposición a radiación ultravioleta (UV) del sol, y alrededor del 40% se detectan antes de los 55 años, lo que motiva trabajar en la prevención y el cuidado de la piel en todas las etapas de la vida.
Lisandro Benmaor, presidente del IPS y médico pediatra, aseguró en diálogo con PRIMERA EDICIÓN que el verano es “una época donde la exposición solar es más frecuente, es más constante”, pero que los cuidados de la piel deben persistir a lo largo de todo el año, “siempre de la mano de la concientización y la educación de la población en general”, agregó.
Prevención y autoevaluación
Uno de los aspectos sobre el impacto de la radiación solar es que el daño dérmico que produce (sobre todo por exposiciones prolongadas y en horarios de mayor incidencia) es acumulativo, por lo que es importante convertir los cuidados de la piel en un hábito constante a lo largo de toda la vida.
Además del uso de protectores y pantallas solares, los controles dermatológicos anuales son una pieza clave para prevenir, sobre todo en casos de pacientes que presentan factores de riesgo, como antecedentes familiares, sobre todo en el caso del melanoma, tipo de cáncer de piel maligno.
Benmaor advirtió que el melanoma es “uno de los que más frecuente se ve” y que, a diferencia del epitelioma basal celular u otros cánceres dérmicos, tiene la particularidad de desarrollarse en zonas no expuestas, por lo que es importante practicar la autoevaluación, observando lunares y manchas en la piel.
Una fórmula útil para realizar ese examen es la ABCDE, que evalúa si presentan alguna de estas características: A de asimetría, B de bordes irregulares, C de cambios de coloración, D de diámetro mayor de 6 milímetros y E de evolución, es decir, si genera picazón, dolor o sangrado.
Replicadores de cuidados
Los datos oficiales muestran la importancia de prevenir en Argentina, que se encuentra entre los países de incidencia “media-alta” en cuanto al cáncer en general (y por extensión esto impacta también en piel) en la región de América Latina.
En el melanoma, se diagnostican unos 1.600 casos cada año en el país y aunque representan una proporción pequeña del total de cánceres de piel, son los que más muertes generan dentro de esta categoría. Además, la exposición a la radiación ultravioleta es el factor de riesgo más frecuente en el país para este tipo de cáncer de piel.
Benmaor opinó que trabajar desde la prevención primaria, informando a la población general, es una herramienta que permite marcar la diferencia en esta y otras patologías, ya que cada persona puede convertirse en un replicador de cuidados, ampliando el impacto de las tareas de sensibilización.
Los padres y madres ocupan un lugar prioritario en la agenda , ya que los bebés menores de 1 año son otro grupo de riesgo importante frente a la radiación solar.
El pediatra aseguró que “muchas veces en el verano vemos bebés deshidratados y a veces hasta tenemos que internarlos por quemaduras dérmicas”, por lo que consideró importante trabajar para concientizar.
“Así como hablamos de tener mucha cautela en prevención de accidentes en el agua y prevención de ahogamiento, también hay que hablar de prevención de daño dérmico y deshidrataciones, o de quemaduras solares que son muy frecuentes”, cerró.





