Cada 4 de noviembre, la Iglesia Católica celebra a San Carlos Borromeo, arzobispo de Milán y personaje importantísimo de la contrarreforma católica del siglo XVI, junto al fundador de la Compañía de Jesús, San Ignacio de Loyola.
El papa San Juan Pablo II le tenía un gran aprecio y devoción, y lo consideraba su Santo Patrono.
San Carlos Borromeo nació en Milán (Italia), el 2 de octubre de 1538, en el seno de una familia noble. Estudió derecho civil y canónico en la Universidad de Pavía, donde se doctoró en 1559.
Su tío fue Giovanni Medici, el papa Pío IV, quien lo mandó llamar de Milán a Roma, apenas graduado, para que lo asista en la administración de su pontificado. Lo ordenó diácono en 1560 y a partir de ese momento lo hizo ocupar altos cargos eclesiásticos en los que Carlos se desempeñó con eficiencia y pulcritud.
En 1561 Borromeo fue nombrado secretario de Estado y luego gobernador. También formó parte del Santo Oficio. Por órdenes del Papa, participó en la organización y desarrollo de la tercera sesión del Concilio de Trento, haciendo una importante contribución desde la Secretaría de Estado del Vaticano.
Independientemente de la parte organizativa, Borromeo participó en la reforma de los cánones arquitectónicos y artísticos de la Iglesia, haciendo sentir su influencia sobre algunos aspectos de la música sacra o litúrgica.
Como funcionario eclesial, se preocupó mucho por la formación de los sacerdotes. Destituyó a muchos presbíteros indignos y los reemplazó por personas que cumplían con las condiciones de honorabilidad y fidelidad a la Iglesia.
El 17 de julio de 1563 fue ordenado sacerdote y, en la víspera de la Inmaculada Concepción, el 7 de diciembre, recibió la ordenación episcopal. Once meses después (noviembre de 1564) se oficializaría como cardenal cuando ya ocupaba hacía unos meses el Arzobispado de Milán.
Complot para acabar con su vida
Por su diligencia y celo evangélico, se hizo de peligrosos enemigos. Incluso, en alguna oportunidad, su vida corrió peligro, cuando un grupo de miembros de la Orden de los Humiliati -poseedora de monasterios, tierras y otras propiedades- intentaron desprestigiarlo ante el Papa. Los Humiliati fueron suprimidos posteriormente por bula papal en 1571.
Al no conseguir su cometido, tres priores de la mencionada Orden organizaron una conspiración para matarlo. Jerónimo Donati, sacerdote de los Humiliati, aceptó el encargo de darle muerte a cambio del pago de 20 monedas de oro. Donati llegó a dispararle a Borromeo mientras rezaba en la capilla de su casa, pero providencialmente la bala no llegó a darle de lleno y solo quedó herido.
Santidad
Durante la peste que se propagó en Milán, San Carlos se puso al cuidado de los enfermos. Fue el organizador del clero y las órdenes religiosas que salieron al encuentro de los contagiados, necesitados de asistencia médica y espiritual. Borromeo atendió personalmente a cientos de moribundos, y fue gestor de la ayuda económica a las víctimas y sus familias.
Borromeo fue amigo de algunos santos, como es el caso de San Francisco de Borja, San Felipe Neri, San Pío V, San Félix de Cantalicio, San Andrés Avelino, entre otros. Se sabe que fue él quien le dio la primera comunión a un adolescente San Luis Gonzaga.
Durante los últimos años de su vida siguió dedicado a la implementación de las reformas establecidas en el Concilio de Trento. En esa tarea siempre había encontrado fuerte oposición, al punto de que fue acusado ante los tribunales eclesiásticos de Roma y Madrid.
Murió el 4 de noviembre de 1584, a los 46 años, tras caer enfermo durante el retiro anual que realizaba en Monte Varallo y empeorar su salud como consecuencia del viaje de retorno a Milán.
Fuente: ACI Prensa









