El comedor comunitario “Los Abuelos” funciona hace más de 20 años, actualmente se ubica en la Chacra 181 de esta ciudad. Hoy en día sostenido por cinco mujeres, asiste a unas 140 personas, brindando un plato de comida dos veces por semana.
María del Carmen Rodríguez, encargada de este espacio de asistencia, detalló a PRIMERA EDICIÓN que hasta hace poco esa cifra era de tres días a la semana, los lunes, miércoles y viernes, pero un cambio en las entregas de mercadería del Ministerio de Desarrollo Social de Misiones (que se redujeron de cuatro a dos por mes), obligó a recortar la asistencia.
“Me preocupa que no haya más, que nos corten todo y no cocinemos más, por la gente”, aseguró la cocinera, quien expuso que el recorte también impactó en la cantidad de productos que reciben.
Asistir con menos recursos
Según detalló su encargada, hasta hace un tiempo el comedor recibía desde Desarrollo Social una entrega semanal de mercadería y verduras, como zanahoria, zapallo, papa y cebolla. Pero últimamente, esa frecuencia se redujo a dos entregas por mes, lo que obligó a suspender el servicio los días miércoles.
Además, cada paquete de mercadería también llega con reducciones: “Trae arroz, fideos, un pack de porotos y sal. Nada más”, aseguró Rodríguez. Antes, el bolsón incluía productos como aceite o puré de tomate, que hoy la encargada debe cubrir de su propio bolsillo o realizando ventas de otros productos.
“La mercadería no nos alcanza y todo eso que falta, la mayoría tengo que comprar. Yo me rebusco, no es que voy a comprar a donde me queda cerca, me voy a buscar más lejos para poder conseguir más barato”, relató Rodríguez, que ahora dedica los miércoles a salir a “buscar precio”.
Al comedor asisten en su mayoría familias con niños pequeños y algunas personas mayores. En cada turno, llenan unos 40 tuppers, que pueden contener hasta ocho porciones de comida. “Antes hacíamos salsa con fideos pero ahora no nos alcanza, porque viene mucha gente y no tenemos mercadería”, completó la cocinera.
Cocinar, un legado
Carmen contó que Los Abuelos entrega alimento a las familias de la zona hace 20 años, primero a cargo de su fundadora, Viviana González, quien fue la primera que abrió las puertas de su casa para ayudar a quien necesite una porción de comida.
“Ella falleció, y un tiempo antes de que fallezca me dijo que ya no podía sostener más en su casa el comedor. Y me dejó a cargo de Los Abuelos”, recordó María del Carmen, quien hoy ofrece un pequeño espacio de su casa para cocinar, continuando el legado de Viviana.
“Tengo un lugar que es todo de madera para el comedor. Iba a sacar un préstamo para poder hacer una mejora, porque a mí me da vergüenza hacer un comedor de madera, pero se hace lo que se puede. Está bien limpito todo, pero está hecho de madera”, contó la encargada.
Además de ella, en ese cuarto de madera cocinan Micaela, Dionisia, Alba y Adriana, una de ellas su hija, que cubre la vacante de Carmen cuando no está trabajando en el comedor.
Durante la hora del almuerzo, en la semana sirven guiso de arroz o de fideos, polenta, locro y arroz con porotos, el menú más pedido, confió Carmen. Para las familias, la calidad de las preparaciones que sirven en Los Abuelos marca la diferencia.
“Acá en el barrio, por ejemplo, no hay más gente que cocina, sino solamente que reciben (comida de la Cocina) Centralizada y no es lo mismo. Ellos dicen que el gusto, todo es diferente. Que es mejor el comedor. Y trae más carne, dicen”, contó la cocinera.
Consultada sobre los motivos detrás del trabajo diario -y no remunerado- que las cinco mujeres llevan adelante para sostener este espacio de asistencia, la encargada dijo que cocinan “por la gente”. Además, aseguró que a las más jóvenes “también les ayuda a llevar un plato más de comida y de pan a sus casas cada día”.









