Luiz Inácio Da Silva, más conocido por todos como “Lula” (“Calamar” en portugués) nació el 27 de octubre de 1945 en el pueblo de Caeté, en el estado brasileño de Pernambuco, y en el seno de una familia de agricultores que pronto se mudó hacia San Pablo.
Allí, en la gran urbe, “Lula” trabajó como lustrabotas y vendedor ambulante, hasta que a los 14 años comenzó a trabajar en una fábrica de tornillos.
En 1968 comenzó su historia de lucha como sindicalista contra la dictadura, debido al secuestro y tortura de su hermano, y llegó a convertirse en el líder del Sindicato Metalúrgico Brasileño.
Con el retorno de la democracia, gracias al apoyo de la Central Única de Trabajadores hacia su formación política, el Partido de los Trabajadores, Da Silva fue electo diputado en 1986. Compitió sin éxito en las elecciones presidenciales de 1989, 1994 y 1998, y finalmente en 2002 se ganó su lugar en el sillón presidencial, que no abandonaría hasta el 31 de diciembre de 2010, reelección mediante en 2006.
Tras su segundo mandato, que terminó con un 90% de imagen positiva que catapultó a la Presidencia del país a su “delfina” Dilma Rousseff, comenzó el calvario para “Lula”, así conocido desde pequeño por sus allegados debido a la prodigalidad de sus abrazos, que repartía a diestra y siniestra como si tuviera muchas extremidades, como los calamares.
Lo cierto es que con el inicio en 2014 de la operación anticorrupción conocida como Lava Jato, dirigida por el juez federal Sergio Moro (luego ministro de Justicia de Jair Bolsonaro), Da Silva fue imputado de varios delitos y condenado -el 12 de julio de 2017- por corrupción y lavado de dinero derivados de los sobornos y beneficios que recibió de la petrolera estatal Petrobras.
Tras 580 días preso, el Supremo Tribunal Federal de Justicia brasileño revocó dichas condenas en 2021 y “Lula” volvió a ganar las elecciones presidenciales en 2022, asumiendo el cargo el 1 de enero de 2023.









