Madre es vida, techo, cobijo, alimento y provisión divina. Sí, ¡así es! Madre es la primera relación de todos y cada uno de nosotros, ya que todos somos hijos. Puede ser que conozcas a tu madre o no, puede ser que hubieras querido que te dé más. Más amor o de una forma diferente. Más cercanía o que te diera más espacio, una distancia que necesitabas.
Más abrazos o que no te colmara tanto con ellos. No importa todo eso. Sí es importante recordar que, pase lo que pase, pienses lo que pienses, sientas lo que sientes, esa mujer te llevó en su vientre por nueve meses. Te dio de comer de su cuerpo, de su sangre, de su vida, mes a mes su cuerpo se modificó para que vos pudieras estar ahí.
Ella se iba transformando y vos ibas creciendo dentro, y entonces ese lazo único primario, inconsciente, profundo, quedó registrado en tu memoria celular. Ese sonido, el de su corazón, quedará grabado en los pliegues inconscientes de tu memoria, aun cuando no lo sepas.
Fue tu primer techo. Fue tu inicio. Fue tu primer lazo, tu primer amor, relación y esperanza. Entonces, ¡qué más le podés pedir, qué más! Quizás no te dio como vos querías, quizás, quizás, ¡tal vez! Esperabas más, diferente. Honra lo que tienes. Tu cuerpo. Tu vida. Honra todo lo que tienes, tu vida, tu cuerpo, tu ser. Honra, bendice y agradece. ¡Como es tu relación con tu madre es tu relación con la vida!
Mira el cielo y agradece y ten por seguro que nadie da lo que no tiene, si hubiera tenido más seguramente también te lo hubiese dado. Gracias mamá, gracias abuela, la madre de mamá y a su madre también gracias. Gracias a todas las madres que ponen su cuerpo para que las almas puedan bajar y hacer su recorrido en este mundo.
Con eso basta. Bendigo en este día a todas las mujeres que pasan por ese proceso inmenso de transformación.
Patricia Couceiro
Máster en Constelaciones
Whatsapp 3764-829015








