“El ACV es una de las principales causas de urgencia médica. Lo más importante es entender que hoy tenemos la posibilidad de actuar a tiempo y revertir los síntomas si el paciente llega rápido al centro correspondiente”, explicó a PRIMERA EDICIÓN la doctora Laura Marina Beccaluva (MN 161240), neuróloga especialista en cefaleas, algias craneales y dolor.
Oriunda de Posadas, Misiones, Beccaluva trabaja actualmente en el Hospital Italiano de Buenos Aires, en FLENI y en INEBA (Instituto de Neurociencias Buenos Aires), tres de los centros más prestigiosos del país en neurología. Desde allí impulsa un proyecto innovador: una aplicación móvil denominada “Neuroalerta”, para asistir a pacientes que sufren o pueden sufrir un ACV, con el objetivo de reducir los tiempos de la llamada “ventana neurológica”, ese lapso crucial donde las intervenciones médicas pueden evitar secuelas irreversibles o incluso la muerte.
Gracias a los avances médicos, hoy existen tratamientos que pueden revertir los cuadros si se actúa a tiempo: “Tenemos medicamentos que se pueden administrar por vía endovenosa para disolver coágulos, y también procedimientos como la angiografía digital, que permite remover el coágulo mediante cateterismo. Pero todo esto depende de que el paciente llegue dentro de la ventana neurológica”, advirtió.
Según explicó Beccaluva, el proyecto ya superó la fase de diseño y prueba técnica. “Tenemos un prototipo que funciona, pero todavía estamos en la etapa de validación ética institucional, que es fundamental porque trabajamos con datos reales de pacientes. Cada persona firma un consentimiento informado, y toda la información se maneja con estrictos protocolos de confidencialidad”, detalló.“El objetivo es que esté disponible para el uso clínico en el transcurso de 2026. Queremos que sea gratuita para los pacientes y que los centros médicos sean los que la adopten como parte de sus protocolos de emergencia”, anticipó la neuróloga.
Una app con inteligencia artificial al servicio de la urgencia
El desarrollo surgió junto a un equipo interdisciplinario del Hospital Italiano, integrado por la doctora Natalia Balián, jefa de la Sección de Enfermedades Vasculares, y el programador Agustín Biani.
“La idea fue crear una herramienta que ayude a reducir los tiempos de atención y facilite que el paciente llegue al centro adecuado. La aplicación será sencilla y accesible para todos. Permitirá que el usuario o su médico de cabecera carguen sus datos, antecedentes, medicación y factores de riesgo. En caso de urgencia, la app podrá identificar si el riesgo es bajo, medio o alto y activar un sistema de alerta”, detalló Beccaluva.
Entre sus funciones, el sistema contará con un botón de emergencia que enviará automáticamente la información médica del paciente al centro más cercano que cuente con los recursos para tratar un ACV, activando además una cadena de asistencia que incluye ambulancia, contacto familiar y derivación inmediata. “Por supuesto, no reemplaza una consulta médica. Pero puede marcar la diferencia entre una vida independiente o una discapacidad permanente”, remarcó la neuróloga.
Gratuita para los pacientes, una inversión para los centros
El proyecto, que ya cuenta con un prototipo funcional en etapa de validación ética institucional, será gratuito para los pacientes. “Lo que buscamos es un beneficio en salud pública. No podemos pedirle al paciente que pague por una herramienta que puede evitarle una discapacidad. La financiación debe provenir de las instituciones médicas interesadas en implementar el sistema”, explicó.
Beccaluva argumentó que también existen incentivos económicos y logísticos para los centros de salud: “Cuando un paciente sufre un ACV y no se trata a tiempo, puede quedar con una discapacidad severa que requiere meses o años de rehabilitación. Eso implica costos elevados, internaciones prolongadas y ocupación de camas. Si logramos actuar rápido, reducimos días de internación, evitamos complicaciones y descomprimimos el sistema sanitario”.
Impacto en la salud pública
La médica posadeña destacó que la aplicación apunta tanto a la prevención como a la atención inmediata, y que podría adaptarse a distintos sistemas de salud del país. “Todos contamos hoy con un celular. Si logramos que esa tecnología esté al servicio de la salud, podemos salvar muchas vidas. La idea es que cualquier familiar o médico clínico pueda acceder y registrar los datos básicos para que, ante la primera señal, el sistema se active”, sostuvo.
El desarrollo que utiliza inteligencia artificial para evaluar factores de riesgo y decidir la derivación más adecuada, podría ser implementado tanto en instituciones públicas como privadas. “Lo importante es que el paciente llegue al lugar correcto, con el tratamiento indicado y en el menor tiempo posible”, resumió.
Con motivo del Día Mundial de la Prevención del ACV, que se conmemora el 29 de octubre, Beccaluva insistió en la necesidad de educar y concientizar sobre los síntomas iniciales de un accidente cerebrovascular. “Muchas veces el paciente no sabe reconocer los signos, o los minimiza. Si hay debilidad repentina en un brazo, dificultad para hablar, pérdida de visión o alteraciones en el equilibrio, hay que ir inmediatamente a la guardia. Cada minuto cuenta”, advirtió.
De que trata “Neuroalerta”
El licenciado Agustín Biani, programador y estudiante de innovación e inteligencia artificial, acompaña a la neuróloga posadeña en el desarrollo de una aplicación pionera que utiliza IA para identificar síntomas de un accidente cerebrovascular. “Hoy está de moda decir que todo usa inteligencia artificial, pero nosotros queríamos hacer algo real, que tenga impacto en la vida de las personas”, explica. Neuroalerta apunta a detectar señales de alarma en menos de un minuto, utilizando inteligencia artificial, análisis de voz e imagen facial, y guiar al usuario o a sus familiares para que reciban atención médica inmediata.
El desafío de enseñar a la inteligencia artificial a “escuchar” en argentino
Durante el desarrollo, Biani descubrió una limitación clave: “No existen datasets en español rioplatense para analizar la disartria o la afasia, es decir, cuando una persona no puede hablar bien o tiene alteraciones en el habla por un ACV. En España hay algunos, pero en Latinoamérica prácticamente no hay nada. Estoy seguro de que esta es la primera muestra que analiza el habla con acento argentino”.
La IA de Neuroalerta se entrena con ejemplos de voz locales para detectar alteraciones en la pronunciación o la fluidez del habla. “Este tipo de sistemas aprenden a partir de datos. Si no tenés datos, no pueden aprender. Por eso era importante generar una base propia, adaptada a nuestra forma de hablar”, agrega el programador.
Uno de los objetivos del equipo fue diseñar una herramienta que cualquier persona pudiera usar, incluso en una situación de urgencia. “No queríamos que fuera una app que tenés que bajar del store mientras estás teniendo un ACV. Por eso la hicimos como una web app, accesible desde cualquier dispositivo: celular, tablet o computadora, sin instalación previa”, explica Biani.
El procesamiento de los datos se realiza en la nube, con servidores ubicados en la región y cumpliendo con las normas argentinas de protección de datos personales. “Nos preocupamos por la seguridad y la privacidad desde el inicio. Todos los datos se alojan en servicios certificados y cumplen con la ley local”, subraya.
Una de las funciones más innovadoras de Neuroalerta es su capacidad para enviar automáticamente la ubicación del paciente y los resultados del análisis al centro de salud más cercano. “Por ejemplo, si estás en Belgrano, la app detecta tu ubicación y te indica cómo llegar al FLENI, que es el centro especializado más próximo. También permite agregar contactos de emergencia, para que un familiar reciba la alerta y pueda asistir al paciente de inmediato”, explicó Biani.
La herramienta no busca reemplazar al diagnóstico médico, sino reducir el tiempo entre el primer síntoma y la acción médica. “Queremos achicar ese lapso entre ‘me siento raro’ y ‘voy a la guardia’. Ese es el momento más valioso”, resume.
¿Qué falta? “hay cuestiones éticas y legales que hay que aprobar, estamos todavía mejorando más el sistema con la los datos que ya probamos hicimos tenemos test de datos y actualmente tenemos un 90/92% de éxito”, cerró el programador.














