Todo aquello que hace un salto en alto a la mente
sin ser visto por ella, llega al inconsciente.
Magdalena enseña esta tecnología en la rosa
ocultándolo a ojos no preparados en tan hermosa cosa
y pasando por sobre inquisiciones tiene la capacidad
de perforar el velo que cubre la Verdad.
Contemplando desde arriba su geometría natural,
nos rememora el Cosmos y sus Galaxias en espiral
revelando al inconsciente con su aurea proporción
la similitud con el cuerpo y con toda la divina Creación.
Dios es matemáticas, dentro de mí escuché y después de años hoy la rosa me lo hace comprender.
La rosa es un símbolo espiritual que tiene la perfección geométrica y las enseñanzas secretas de María Magdalena, guardiana de la tecnología sagrada del amor que podía transformar la conciencia y abrir las puertas a la experiencia divina.
La rosa o divino femenino, representa esa tecnología usada para alcanzar estados superiores de conciencia.
El patrón orbital de Venus traza un pentagrama perfecto en el cielo cada ocho años, el mismo que el de la rosa vista desde arriba. Ciertos símbolos llevan frecuencias vibratorias capaces de inducir estados alterados de conciencia.
Clemente de Alejandría: “La rosa tiene las llaves de la cámara nupcial”, donde se produce el matrimonio sagrado entre la conciencia y la divina sabiduría.
El símbolo de la rosa es el vehículo perfecto para transmitir las enseñanzas ocultas sobre la sexualidad sagrada y la transformación espiritual porque codificaba en su estructura natural los principios geométricos y numéricos que conducen a tener una experiencia transcendental. Sus pétalos están organizados según la proporción áurea Fi=1,68… que gobierna la espiral de una Galaxia hasta las proporciones del cuerpo humano.
Cada pétalo representa un nivel de realidad, observándola en espiral hacia el centro, que los místicos llaman el asiento de la conciencia divina. Las espinas eran protección para que solo aquellos que se acercaran con la preparación e intención adecuadas pudieran acceder al secreto de la rosa.
Cuando ves lo sagrado disfrazado de ordinario te conviertes en maestro.
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora/ Escuela de Pensamiento
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