La Secretaría del Tesoro de Estados Unidos analiza enviar 5.000 millones de dólares al Banco Central de la República Argentina como primer tramo del swap por 20.000 millones anunciado recientemente, aunque aún no definió si la transferencia se concretará antes de las elecciones legislativas del 26 de octubre.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, tiene presente el antecedente del crédito del Fondo Monetario Internacional otorgado durante la gestión de Mauricio Macri, que no cumplió su objetivo de evitar un triunfo del peronismo. Por ese motivo, por ahora considera desembolsos asociados a los vencimientos de la deuda con los bonistas. El próximo compromiso fuerte del Ministerio de Economía será en enero de 2026, cuando deba cancelar alrededor de 4.000 millones de dólares en amortizaciones de capital correspondientes a bonos emitidos en el período de Macri.
En este contexto, la administración de Javier Milei busca adelantar la llegada de fondos como señal de respaldo a los mercados. Según plantearon en Washington, la intención sería que el primer giro de 5.000 millones se concrete antes de los comicios de medio término.
El mecanismo financiero aún está en discusión. Los dólares enviados por el Tesoro estadounidense ingresarían al Banco Central, pero la cancelación de deuda estaría a cargo de la cartera de Economía. Milei rechaza las Letras Intransferibles utilizadas en gestiones anteriores, aunque no aparece otra alternativa para que los recursos del Central se transfieran al Palacio de Hacienda.
Mientras Milei cumplía agenda oficial en Nueva York, el ministro de Economía Luis Caputo y el viceministro José Luis Daza mantuvieron reuniones en Wall Street. Allí, sondearon a bancos de inversión con experiencia en operaciones de la Argentina y uno de los tres más importantes de Estados Unidos expresó su disposición a actuar como agente financiero llegado el momento de afrontar compromisos con bonistas. Entre las alternativas técnicas en estudio aparecen un canje de bonos o una oferta temprana, aunque existe un problema práctico, ya que en enero de 2026 vencen amortizaciones parciales y no títulos completos.
El Tesoro y los asesores argentinos buscan definir estos puntos antes de la reunión anual del FMI, prevista para mediados de octubre. La coordinación incluye un canal político directo entre la Casa Blanca y la Casa Rosada, impulsado por figuras como Rob Citrone y Matthew Dell Orfano, de Discovery Capital; Barry Bennett, estratega republicano; y Soledad Cedro, CEO de la CPAC Argentina.
La decisión de Trump de ordenar a Bessent el armado de este salvataje financiero responde tanto a su sintonía personal con Milei como a la estrategia geopolítica de limitar la influencia de China en la región. Desde Washington se observa el caso argentino como un leading case que impacta en países vecinos y en regímenes como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua.
El respaldo estadounidense también está condicionado a que Milei logre articular consensos internos para garantizar la aprobación de reformas estructurales prometidas al FMI. En ese sentido, se estima que las elecciones de medio término podrían marcar un punto de inflexión, con eventuales cambios en el gabinete y la apertura de un acuerdo político amplio que incluya a sectores de la oposición.
(Fuente: Infobae)







