Sin la repercusión que alguna vez supo tener, sin nada que festejar y apenas unas palmadas en la espalda en señal de apoyo, la despedida fue en silencio. Crucero del Norte abandonó el Torneo Federal A de fútbol y vuelve a ser un equipo amateur.
La derrota 3-1 ante Defensores de Belgrano de Vila Ramallo, por la novena y última fecha de la Reválida jugado en la tarde de este sábado, no cambió nada, fue apenas una mancha más en la magra campaña que construyó el Colectivero en los últimos años, pues el daño ya estaba hecho hace tiempo.
La imagen fue la misma de las fechas atrás, con un equipo con muchas ganas y no tanto fútbol, pero esta vez potenciada por la decadencia. Es que, al ya diezmado equipo, ahora Crucero viajó a Villa Ramallo con apenas 15 jugadores (un arquero y tres jugadores de campo) y los chicos del club pusieron la cara.
El Defe necesitó 19 minutos para ponerse en ventaja y fue gracias a Luis Pérez. Cuando se jugaban 18 minutos del complemento, Maximiliano Santa Cruz, uno de los chicos de la casa, anotó para el 1-1. Sin embargo, apareció otras vez Pérez y Alexis Vega para sentenciar el triunfo.
El pitazo final marcó el final de un ciclo y cortó una larga agonía del equipo de Garupá, que llegó a 19 partidos sin conocer victorias, quizás una de las peores rachas de su historia.
El destino del Colectivero estaba escrito hace tiempo, quizás desde el mismo día que cayó al Federal A, porque siempre le tocó pelear abajo. Desde el paso de la pandemia, siempre jugó por la permanencia y más allá de las constantes señales de alerta, jamás pudo armar un equipo competitivo. Y de tanto tentar a la suerte, finalmente se quedó sin ella.
Crucero deja el profesionalismo y cae al amateurismo, pero nada cambiará lo que logró cosechar en su época más gloriosa. Siempre podrá contar del día que decidió saltar del 40×20 del futsal a la cancha grande; de los ascensos, como aquel épico al Nacional B en Puerto Madryn; la vez que le jugó de igual a igual a River Plate y Boca Juniors en Primera División.
También podrá contar del día que recibió a San Lorenzo en el estadio Andrés Guacurarí o jactarse del triunfo por 3-1 ante Independiente de Avellaneda en Santa Inés.
Son muchos buenos recuerdos por resaltar y una nueva promesa por cumplir: volver a recuperar la identidad.
Crucero del Norte ahora tendrá descanso obligado en lo que resta del año, al menos en lo que respecta a torneos nacionales, ya que no podrá jugar el venidero Regional Amateur. Tendrá que enfocarse en la Liga Posadeña y en 2026 sí poner la cabeza en el operativo retorno, un largo camino para volver a ser. No es un adiós definitivo. Ojalá que solamente sea un hasta luego.





