El veneno de las emociones: Caso 3. Catalina presentaba úlceras sangrantes. Vi alrededor de su corazón girar como un humo venenoso, me contó la historia de su corazón: odiaba a su hermana porque había seducido a su prometido.
1- Debía reconocer y nombrar c/emoción reprimida y decir: “siento IRA ardiente hacia mi hermana por haberme traicionado.
Siento HUMILLACIÓN por haber sido ridiculizada públicamente.
Siento CULPA por haber deseado su muerte.
Siento MIEDO porque no podré confiar en nadie otra vez”.
2- Dar permiso al cuerpo de liberar los químicos tóxicos almacenados colocando sus manos sobre cada órgano afectado (la ira reprimida se transforma en inflamación, úlceras, problemas en hígado y vesícula; la tristeza en problemas pulmonares y debilidad en riñones; el miedo en afecciones cardíacas y debilidad en sistema nervioso; la culpa en problemas digestivos, enfermedades autoinmunes y dolores sin causa aparente) y decir: “Cuerpo mío, servidor fiel, te ordeno liberar ahora todo veneno que has guardado por obediencia, no necesito estos químicos de dolor, los libero con gratitud por haberte protegido y te ordeno crear ahora solamente los químicos de la paz, el perdón y la renovación”.
3- Expresar c/emoción reprimida hasta sentir la liberación: GRITAR su ira hasta sentir la garganta limpia, LLORAR su tristeza hasta quedar sin lágrimas, TEMBLAR de miedo hasta que el sistema nervioso se calme naturalmente.
4- Ordenar la creación de nuevos químicos: “Cuerpo mío, ahora crea los compuestos de la compasión hacia mi hermana, pues ella también sufrió por sus acciones. Crea los qcos. del perdón hacia mi misma, pues hice lo mejor que pude con la sabiduría que tenía. Crea los qcos. de la confianza renovada pues soy capaz de discernir a quien entregar mi corazón”.
5- Al despertar decir: “Cada célula de mi cuerpo vibra ahora con los químicos. de la paz, mi piel se regenera con los compuestos de la belleza divina, mi sangre fluye con los elixires de la alegría, mi corazón late con los ritmos del amor incondicional”.
Realizar esto por 40 días, tiempo que requiere el cuerpo para renovar la mayoría de sus tejidos.
Graciela del Carmen Zaimakis de Abraham
Escritora/ Escuela de Pensamiento
en Facebook-Instagram y Youtube





