Con solo dos temporadas en la Copa Fiat 1.4 del Misionero de Pista, Nahuel Burbach ya tiene varias historias por contar. El piloto del equipo Burbach Racing no solo conduce su auto, lo arma, lo repara y hasta lo pinta con sus propias manos, más los de sus amigos y compañeros. “Soy piloto, soy mecánico, soy pintor, soy chapista, soy de todo un poco”, resume Nahuel con una sonrisa que refleja entrega y orgullo.
Nacido en Wanda, Misiones, decidió que su escudería debía tener el mismo ADN local: “La idea fue armar el equipo y la estructura acá en Wanda y hacerlo lo más local posible”. Así nació Burbach Racing, una propuesta que mezcla profesionalismo con mucho pulmón. Su debut en la categoría fue reciente y sin experiencia previa en autos de carrera: “Yo nunca había corrido más que en karting de alquiler”. El primer año fue tan vertiginoso como formativo. “Tuvimos un vuelco en el primer año, que es parte del aprendizaje”, recuerda.
El 2025 lo encontró con nuevos desafíos. Las dos primeras fechas no las pudo terminar por fallas mecánicas: “El fitito se armó en Entre Ríos, lo armó José Gallo allá y se trajo para acá. La reparación la hicimos hace unas semanas”. Pero fue en la tercera fecha cuando vivió uno de los momentos más duros y emocionantes de su corta carrera. “El auto estaba impecable, era una seda. Primera fecha en Posadas después de que se reafaltó el circuito. El sábado, en la tanda de clasificación, volcamos. Sí, volcamos”, cuenta con crudeza.
El golpe fue fuerte, no solo para el auto: “Yo estaba completamente destruido en términos emocionales. Pensé que el año había terminado en ese momento”. Pero la historia cambió en el box, donde la solidaridad de su equipo hizo la diferencia: “Carlos mira el auto y básicamente estaba recuperable. Se laburó una hora, una hora y media sin parar. Llegamos a ser como 20 personas trabajando arriba del auto”.
La final, que parecía perdida, se convirtió en una hazaña: “Habíamos largado 22 y llegamos 11. Una final muy productiva”. El auto volcado necesitaba ser reconstruido, y la comunidad respondió: “Nos pusimos a buscar un techo y ahí aparece este donante, un amigo de Wanda que tenía un Fiat 600 tirado. Es la foto que viste”.
Con ese techo nuevo y muchas horas de trabajo contrarreloj, el auto volvió a pista: “Recuperar un auto en términos de chapa, pintura y chasis en tres semanas es bastante laburo. Es totalmente por amor al arte”. El automovilismo zonal misionero tiene historias que valen más que un podio. Burbach lo dice con claridad: “Es un zonal de muy buena categoría. De muy buen nivel en comparación a lo que tenemos en los zonales de Argentina”.
River avanzó y el misionero Juan Portillo sería refuerzo por una cifra millonaria. Jugará Copa Libertadores 🏆https://t.co/lREKXS8vOC
— PRIMERA EDICIÓN (@DPrimeraEdicion) July 15, 2025














