El 15 de julio la Iglesia Bizantina-Ucrania celebra la fiesta de San Vladimiro, príncipe y bautista de Ucrania y patrono de la localidad misionera de Tres Capones y de la comunidad ucraniana de Posadas.
La historia lo presenta como a uno de los gobernantes más poderosos de la antigua Rus’ de Kiev, actual Ucrania. Era el hijo menor del príncipe Sviatoslav, y tras el fallecimiento de sus hermanos Oleh y Iaropolk, debió asumir el gobierno de todo el territorio. Pero no se conformó con eso: a través de exitosas batallas, conquistó las regiones vecinas, aumentando de este modo la extensión de su reino.
Vladimiro, “fuerte como un león y valiente como un águila”, era respetado y temido por todos. Entregado a la religión pagana, ofrecía sacrificios a los dioses en agradecimiento por el poder y los triunfos que, según creía, provenían de ellos.
A pesar del poder y de la riqueza, el príncipe Vladimiro sintió que le faltaba algo en su vida. Comenzó a dudar cada vez más del paganismo y creció su interés por las religiones de otros pueblos. Con mucha frecuencia pensaba en la fe cristiana que profesaba su abuela, la princesa OIga de Kiev.
También el cristianismo era ya la religión de los griegos, pero, a causa de enfrentamientos pasados con ellos, Vladimiro no quería tratarlos. Entonces invadió Crimea, ocupó Khersón y, después de haber llegado a un acuerdo para contraer matrimonio con Ana, la hermana del rey, que era cristiana, hizo la paz con los griegos.
Vladimiro fue instruido a partir de entonces en la doctrina cristiana y en el año 987 fue bautizado en Vasyliv, no lejos de Kiev, tomando como nombre de bautismo Basilio.

El 1 de septiembre de 988, mediante un decreto imperial, Vladimiro ordenó a todas aquellas personas que no eran aún cristianas que fueran bautizadas en el río Dniéper.
De Kiev el cristianismo se difundió a otras ciudades y localidades de Ucrania. Los ídolos paganos fueron destruidos y en su lugar se procedió a construir muchas iglesias. Introdujo programas de ayuda a los pobres: alimento para los hambrientos, vestido para los desnudos, protección y ayuda para las viudas y huérfanos.
Entretanto, Basilio estudiaba las Sagradas Escrituras y fue convirtiéndose de un feroz guerrero en una persona mansa y amable. Vivió el resto de su vida lamentándose por los años perdidos como pagano, no reconociendo al “único y verdadero Dios”.
Cuando falleció el 15 de julio de 1015, el pueblo lo lloró sinceramente. Según lo que se registra en las crónicas, ya en 1263 era venerado como Santo.









