En millones de hogares argentinos, los electrodomésticos son parte inseparable de la rutina cotidiana. Desde preparar el desayuno hasta mantener la casa en condiciones, su uso se ha vuelto tan habitual que muchas veces se naturaliza su presencia y funcionamiento. Sin embargo, un reciente informe de Flashy House pone el foco en un pequeño aparato que, si no se manipula con el debido cuidado, puede desencadenar incendios: la tostadora.
El estudio advierte sobre los riesgos que implican algunos electrodomésticos cuando permanecen enchufados innecesariamente. Y entre todos, la tostadora se posiciona como el artefacto más peligroso. Por su diseño, funcionamiento y ubicación habitual en la cocina, este elemento puede convertirse en un foco de calor residual, provocar chispas eléctricas o incluso sobrecargas en la red, sobre todo si no se lo desenchufa tras su uso.
La tostadora, un riesgo inadvertido
En la mayoría de los casos, la tostadora pasa inadvertida. Se la utiliza por unos minutos, se la deja en su sitio y se continúa con las tareas diarias. Pero según los especialistas de Flashy House, ese hábito representa un error crítico. Al permanecer conectada, la tostadora acumula calor interno, y si además contiene restos de migas, polvo o se encuentra cerca de elementos inflamables como repasadores, servilletas o cortinas, el riesgo se multiplica.

De hecho, una proporción significativa de los incendios domésticos registrados en cocinas tiene su origen en aparatos eléctricos olvidados enchufados. Y en esa estadística, la tostadora es protagonista frecuente.
Recomendaciones para un uso seguro
El informe detalla una serie de prácticas indispensables para minimizar los riesgos asociados:
Desconectar siempre el equipo luego de cada uso. No basta con apagarlo: desenchufarlo elimina por completo la circulación de corriente y reduce cualquier posibilidad de sobrecalentamiento.
Limpiar regularmente el depósito de migas. Las partículas acumuladas no solo impiden un funcionamiento eficiente, sino que pueden encenderse con el calor residual.
Ubicarla lejos de fuentes de agua. Una tostadora cerca de la bacha o en un entorno húmedo puede convertirse en una trampa peligrosa.
Evitar su proximidad a objetos combustibles. Mantener al menos 30 centímetros de distancia con cortinas, manteles o utensilios de madera.
Supervisar su uso cuando hay niños en el hogar. La manipulación inadecuada o el encendido accidental pueden derivar en quemaduras o incendios.
Además, la ubicación del artefacto influye directamente en la seguridad. Lo ideal es disponerla sobre una encimera despejada, ventilada, lejos de ventanas con cortinas o aparatos que puedan emitir calor adicional. En espacios reducidos, las versiones empotrables o de instalación bajo mueble son una alternativa válida, pero siempre respetando las recomendaciones técnicas del fabricante.
Otros aparatos bajo vigilancia
Aunque el informe destaca a la tostadora como el principal foco de atención, no es el único dispositivo que requiere medidas de precaución. También deben extremarse cuidados con:
Pavas eléctricas: otro clásico de la cocina que, si queda encendido accidentalmente, puede hervir hasta secarse y generar fallas.
Microondas: aunque más seguros por diseño, los modelos antiguos o dañados pueden emitir calor de forma no controlada si no se los desconecta.
Planchitas de pelo y rizadores: en habitaciones o baños, su exposición prolongada a altas temperaturas sin supervisión puede causar incendios en toallas, cortinas o superficies plásticas.






