No hay con qué darle, Crucero del Norte no levanta cabeza y sigue sumergido en una crisis futbolística. La fase regular del torneo Federal A está llegando a su fin y para los misioneros se está tornando otra temporada frustrante.
La derrota por 1-0 ante Sarmiento de Resistencia lo único que hizo fue profundizar el mal presente que atraviesa el Colectivero, que varias fechas atrás ya quedó condenado a jugar la Reválida y sus números en la Zona D son preocupantes. Está último y la posibilidad de pelear otra vez por no descender está latente.
Muy atrás quedó aquella victoria ante Juventud Antoniana, el 12 de abril, por la fecha 5. Luego de este triunfo, el elenco de Santa Inés no volvió a ganar y acumula una alarmante cifra de nueve encuentros sin sumar de a tres unidades. Para colmo, el estadio Andrés Guacurarí, la casa de Crucero tan permeable y las cuatro caídas consecutivas en este escenario dan cuenta de ello. Y si todo esto parece poco, los tres refuerzos que trajo (“Pinti” Álvarez, Justo Roa y Carlos Duarte), recién serán habilitados a jugar después del 7 de julio.

El equipo de Sergio Arias hizo el desgaste. Lo buscó por todos los sectores y generó varias situaciones claras para marcar. Por enumerar algunas de ellas, de la primera parte se puede destacar un remate de Canzoniero, que terminó en las manos del arquero, o un disparo de Lautaro Soto, que se fue por pegado al palo.
En el complemento incluso tuvo mejores chances, pero volvió a desperdiciar las mismas situaciones que lo tuvieron a maltraer en todo el certamen y que más tarde lo termina sufriendo. Una inmejorable oportunidad llegó tras un pase filtrado de Soto para Nicolás Golomba, que tiró la diagonal y sacó el remate al borde del área chica, pero el aquero Yacaruso contuvo el tiro.
Crucero perdonó y potenciado por errores propios, terminó pagándolo caro. A los 36 minutos, Tomás Bacas escaló por la izquierda y metió el centro pasado por bajo. Los defensores del Colectivero no pudieron y Hugo González llegó por atrás de todos para empujar la pelota a la red.
El tanto fue un baldazo de agua fría para el conjunto misionero, pues llegó en el momento que mejor estaba jugando y llegando cada vez más seguido a terreno rival.
Aunque salió a la carga en busca de la paridad, ya no pudo cambiar la historia y justo en el día de su cumpleaños número 22, se quedó con las manos vacías y un sabor amargo en la boca, porque se le escapa un partido increíble que agranda su racha negativa.

A Crucero le quedan dos partidos por delante para tratar de cerrar la fase de grupos fuera de la última colocación. Y cortar esta sucesión de malos resultados no solo es necesario para ganar confianza, sino que es importante de cara a la lucha por la permanencia, porque, recordemos, que los puntos acumulados en esta fase y la Reválida contribuyen a la tabla de promedios. Y los dos últimos descienden.









