La fuerte baja de la inflación -desaceleración, en términos técnicos- respecto a los niveles heredados es el principal logro que puede mostrar el presidente Javier Milei para afrontar las elecciones de medio término y validar en las urnas una gestión caracterizada por la figura de la “motosierra”, aún mantiene niveles elevados de aceptación.
El aumento generalizado de los precios dejó de ocupar el primer lugar en las preocupaciones de la ciudadanía. El desempleo y las dificultades para llegar a fin de mes ganaron protagonismo en los sondeos sobre problemas económicos.
Según Mora Jozami, directora de Casa Tres, la inflación era citada como preocupación por el 23% de los encuestados en marzo de 2024, pero solo por 5% en mayo de 2025, una merma de 18 puntos porcentuales. En ese lapso, las menciones al desempleo crecieron de 4% a 11% y al costo de vida, de 3% a 8%, casi se triplicaron.
Javier Milei asumió la presidencia de la Nación en diciembre de 2023 y dispuso una devaluación -sinceramiento cambiario para cerrar una brecha de más de 200% entre el tipo de cambio libre y el oficial regulado- que llevó la inflación al 25% ese mes y el último año de gestión del Frente de Todos terminó con un 211,4% anual, el nivel más alto desde la híper de los años noventa.

El Indec informó la semana pasada que la variación del índice de precios al consumidor (IPC) fue en mayo del 1,5%, la más baja en cinco años, y 43,5% interanual.
Este proceso de desaceleración se dio en paralelo aún ajuste de precios relativos: se actualizaron con fuerza las tarifas de servicios públicos y combustibles que llevaban tiempo congeladas. El equipo económico mantuvo el tipo de cambio estable, aun resignando reservas en el Banco Central.
Desde diciembre de 2023, la canasta de servicios públicos del Área Metropolitana de Buenos Aires, sin contar subsidios, que releva el IIEP, de UBA Conicet, acumuló hasta junio un incremento de 561%, mientras que el IPC subió 150% en el mismo período.
El gas natural encabezó los incrementos (1.482%), seguido por el transporte (729%), mientras que el servicio de agua de red subió 343% y la electricidad, 316%.

Tarifazos y recortes
La participación de los servicios regulados -educación, luz, gas, transporte, agua, salud y comunicaciones- en una canasta de consumo para una familia tipo se encuentra en los niveles más altos desde junio de 2019 -tras el “tarifazo” de Mauricio Macri y en la previa del congelamiento- resaltó la consultora Eco Go. “No es casualidad que el ingreso disponible de una familia después de pagar los servicios públicos y privados esté todavía por debajo de los niveles previos a la asunción de Milei”, destacó la consultora de marras.
En enero, el promedio de salario privado registrado estaba 3% por debajo de los ingresos necesarios para adquirir la canasta de consumo que releva la Ciudad y marca el umbral para que un hogar de cuatro integrantes sea considerado de clase media. Esa distancia escaló al 5,6% en mayo, según EcoGo, con márgenes aún mayores en empleos informales y de menor calidad.
Esta semana, también se conocieron los datos del mercado de trabajo que releva el Indec. Según analizó la consultora Analytica, la tasa de desocupación se ubicó en el primer trimestre de 2025 en 7,9% de la oferta laboral, lo que implicó un aumento de 0,2 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre del año anterior y de 0,7 p.p. frente al trimestre previo, en la serie desestacionalizada, a pesar de que el Estimador Mensual de Actividad Económica del Indec (EMAE) registró un crecimiento del 6,1% en ese período.
El incremento de la desocupación estuvo acompañado por un leve aumento en la tasa de actividad (0,2 p.p.) y en la tasa de empleo (0,1 p.p.), lo que refleja una mayor presión sobre el mercado sin una creación suficiente de nuevos puestos.

La desocupación afectó especialmente a los jóvenes y a las mujeres: en el grupo etario de 14 a 29 años, la tasa de desempleo aumentó 1,9 puntos porcentuales en mujeres y 1 punto en varones.
La informalidad laboral ascendió a 42% en el primer trimestre, 1,2 puntos porcentuales más que el año anterior. Entre los asalariados, el 36,3% no realizaba aportes de jubilación y, de ese segmento, solo el 17% los hacía por cuenta propia.
El avance de los puestos no registrados por el Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) fue más notorio en trabajadores independientes.
Además, el índice de presión laboral -que considera a desocupados, ocupados que buscan otro empleo y subocupados demandantes- se ubicó en 29,7% de la población económicamente activa, con un incremento interanual de 0,2 puntos porcentuales. La mayor presión provino de ocupados demandantes (16,1%), subocupados demandantes (7,0%) y ocupados no demandantes disponibles (5,7%).
La carga tributaria se lleva casi el 50% del sueldo

El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) analizó la carga tributaria directa e indirecta que termina incidiendo sobre distintos perfiles de trabajadores asalariados. Así se determinaron que los cuatro perfiles de ingresos (que van desde $1.500.000 hasta $7.100.000) reflejan una carga tributaria integral que está entre el 47,3% y el 49,9% del ingreso total.
Cabe remarcar que para el análisis se incluyeron en la estimación los tributos que se aplican de manera directa sobre los ingresos y patrimonio, como aquellos que se abonan de forma indirecta al consumir.
En otras palabras, lo que el trabajo busca estimar es qué porcentaje de ingresos deja de cobrar un trabajador, dada la carga tributaria existente.
Para ello se plantearon cuatro casos: un trabajador que gana $1.550.000, otro de $1.550.000, en el caso tres, $1.550.000 y por último, $7.100.000.
Los resultados de la carga tributaria para los cuatro perfiles de ingresos reflejan una carga tributaria integral que presenta una baja dispersión, a pesar de que el nivel máximo de ingreso es equivalente a 4,6 veces el ingreso mínimo.
Cuánto hay que trabajar para pagar los impuestos
Otra manera de ver estos resultados es transformando los porcentajes en número de días de un año calendario, surgiendo en consecuencia hasta qué día del año un ciudadano debe trabajar para cumplir con sus obligaciones tributarias. Con esta mirada, se tiene que los perfiles analizados deberían trabajar entre 173 y 182 días para cumplir con sus obligaciones, lo cual implica un “Día de Independencia tributaria” entre 22 de junio y 1° de julio.
El estudio reveló una “regresividad” en la carga tributaria. En efecto, los casos 2 y 3 de ingresos, que tienen un ingreso total un 118% y un 219% más alto que el caso 1, respectivamente, tienen una carga entre 1,5 y 2 puntos porcentuales inferior.
Por su parte, el caso 4, con un salario un 360% mayor que el del caso 1, tiene una carga tributaria solamente 0,6 puntos porcentuales más elevados.
Por eso, desde IARAF, expresaron que dado este comportamiento de la carga tributaria formal para cada uno de los cuatro casos de ingresos considerados, resulta esencial identificar los principales factores de la regresividad que se evidencia.
Uno de ellos surge de los aportes personales. El caso 1 tiene 7,4 puntos porcentuales más de carga tributaria que el caso 4, dado que tiene un aporte de 13,7% del ingreso total, mientras que el cuarto caso tiene uno del 6,3%.
El otro factor explicativo relevante es la típica regresividad de los tributos indirectos. Con relación al caso 1, el caso 2 tiene una carga 1,9 puntos porcentuales inferior, el caso 3 una de 2,7 puntos porcentuales inferior y el caso 4 una de 3,8 puntos porcentuales inferior.





