En la provincia de Misiones se están dando días de lluvias y alta humedad en el ambiente, lo que provoca que la ropa no se seque o tener que cambiar de indumentaria. Salir de casa todos los días para trabajar, ir a la escuela o la facultad, o a realizar otras actividades, se torna un dolor de cabeza.
En este contexto, uno de los desafíos más comunes en los hogares es secar la ropa sin que tome olor a humedad. Para quienes no tienen secarropas, balcón o deshumidificadores existe una solución simple y económica que llegó desde Europa: el truco holandés.
Se trata de una técnica casera que surgió como alternativa al uso constante de secadoras eléctricas y que, aunque puede sonar inusual, funciona muy bien: colocar una bolsa de agua caliente cerca del tender. El calor que emite la bolsa crea un microclima cálido alrededor de las prendas colgadas, lo que acelera la evaporación del agua y permite que la ropa se seque mucho más rápido, incluso sin sol ni buena ventilación.
Este método es especialmente útil en departamentos sin salida al exterior o en días como estos, donde la humedad ambiente es muy alta. El principio es simple: el aire caliente puede retener más humedad que el frío, lo que favorece el secado. Eso sí, para que funcione correctamente es importante mantener la habitación ventilada. Puede ser con una ventana entreabierta o un ventilador suave que ayude a mover el aire y evite que la humedad se estanque.
Otra recomendación clave es no sobrecargar el espacio de secado: si colgás demasiada ropa junta, el vapor no tiene por dónde salir y las prendas tardan más. Lo ideal es colgar cada una estirada, sin superponer, y si podés usar perchas, mucho mejor.
En días lluviosos y de alta humedad como estos, este truco se vuelve un gran aliado para acelerar el secado sin olor a encierro ni gastos de energía extra. Un recurso simple, barato y muy efectivo que demuestra que a veces, las soluciones más creativas están en los métodos más casero.
Alternativas ingeniosas para secar la ropa
Además de este novedoso truco, otras prácticas alternativas y respetuosas con los tejidos para secar la ropa en interiores. Uno de los métodos destacados es el “método del burrito”, que consiste en utilizar una toalla absorbente para reducir el exceso de agua. Este sistema implica enrollar la ropa húmeda dentro de una toalla y presionarla suavemente, tras este paso, basta con colgar la prenda en un lugar ventilado para completar el secado.
Por otro lado, las opciones tradicionales como el uso de deshumidificadores siguen siendo ampliamente recomendadas. Estas máquinas son muy eficientes para reducir la humedad en el aire, lo que contribuye indirectamente al secado sin la necesidad de insertar fuentes de calor directos. Las ubicaciones cercanas a los radiadores o estufas también suelen ser útiles, aunque los expertos advierten sobre los riesgos de exposición prolongada al calor intenso en tejidos delicados.





