Con la declaración de Bernardino Castor Esquivel, nacido en Formosa y uno de los cuatro integrantes de la Aduana que están imputados de integrar una asociación ilícita que coimeaba a paseros de mercaderías en el puente que une esta capital con Encarnación, se cumplió el miércoles la quinta jornada de juicio oral ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Posadas.
Castor Esquivel, hoy con funciones en Bernardo de Irigoyen, se presentó ante los jueces Enrique Jorge Bosch (camarista chaqueño subrogante), Manuel Alberto Jesús Moreira y Gustavo Fabián Cardozo y aceptó ser interrogado por todas las partes que intervienen en el debate.
Negó las acusaciones y remarcó con insistencia su pasado como aduanero experto como fondeador de vehículos en los controles de frontera para descubrir estupefacientes y cigarrillos, especialmente.
Resaltó además, que toda su carrera previa a la investigación de la Justicia Federal en 2016 y 2017, estuvo contextualizada por los reconocimientos a su labor contra las bandas contrabandistas de cigarrillos que en varias ocasiones lo habrían amenazado, tanto en Formosa como en Posadas.
Respecto al manejo de tecnología se definió como un experto “interpretador de las imágenes que emiten los escáneres de Aduana”.
Pero además de negar las acusaciones que surgieron de la investigación judicial que lo puso en el banquillo junto a Orlando Ariel Alfonso (56), René Lorenzo Juárez (67) y Francisco Antonio Llorente (64), agregó que se siente “atado a las cadenas invisibles” de la imputación penal.
“Jamás pertenecí a ninguna banda o asociación ilícita (…) Quiero seguir trabajando en el área operativa de Aduana como fondeador, nunca tuve sanciones o apercibimientos”.
Guardias
Negó haber confeccionado las planillas de guardias extraordinarias de las que habrían surgido los hechos investigados, revelados en escuchas telefónicas en las que se identificó a los cuatro imputados en contacto con paseros paraguayos que pagaban para evitar controles en la cabecera argentina del puente San Roque González de Santa Cruz.
“(Fernando) Garnero recibía las grillas de guardias que armaban los jefes de turno y él las autorizaba o no. Se comunicaba por mail después la decisión”, resumió Castro Esquivel respecto al rol de la máxima autoridad en el área primaria de Aduana en el viaducto.
“Antes de las 15 debía saberse a quiénes les tocaba la guardia. Había veinte jefes de turno y nos bajaron línea que había que recaudar con los controles para detectar infracciones y cobrar los derechos de importación o exportación de mercaderías”.
“Había cuarenta cámaras en el sector de control aduanero”, amplió Castro Esquivel y sostuvo que solo los jefes de turno podían utilizar su teléfono celular, “los agentes no podían, no estaban autorizados”.
“Ebooks”
Respecto a los libros electrónicos o digitales donde se registraban las novedades de cada guardia, entre otras tareas, Castro Esquivel manifestó que “todos los agentes cargan los ebooks”. Por pedido de su abogado, Roberto Esquivel (formoseño de Clorinda), ofreció al Tribunal Federal copias impresas de los ebooks en los que se habrían registrado “1.400 turnos organizados por los 20 jefes a cargo” que entonces había en el puente.
De esta lista de autoridades, dio nombres de aduaneros para que sean citados como testigos. Las copias de los ebooks y el archivo con recortes periodísticos de su labor aduanera en Formosa, Posadas e Irigoyen, fueron admitidas para ser analizadas por las partes en debate. Respecto a ampliar las citaciones, el Tribunal responderá el 4 de junio, cuando se reanuden las audiencias y se puedan tomar declaraciones de testigos.






