En Argentina, cada año se diagnostican aproximadamente 12.300 nuevos casos de leucemias, linfomas y mielomas múltiples, lo que equivale a más de 30 diagnósticos diarios. Este miércoles se conmemora el Día Mundial del Cáncer de la Sangre, una fecha para visibilizar estas enfermedades que, por su naturaleza silenciosa y compleja, suelen ser difíciles de detectar en sus etapas iniciales.
Las organizaciones ALMA, FAM y ACLA, que forman parte de la Alianza Cáncer de Sangre Argentina (ACSA), trabajan incansablemente para acompañar a las personas afectadas y concientizar sobre la importancia de reconocer los primeros síntomas. Su objetivo es fomentar la consulta temprana para mejorar el acceso a diagnósticos oportunos y garantizar equidad en el acceso a los tratamientos, un desafío clave en el país.
A diferencia de otros tipos de cáncer, las enfermedades oncohematológicas no generan tumores sólidos. Afectan la médula ósea, el sistema linfático y las células sanguíneas, lo que dificulta su identificación en etapas tempranas. Sin embargo, estas patologías pueden comprometer funciones vitales de manera progresiva y poner en riesgo la vida. Por eso, lograr un diagnóstico precoz es fundamental para mejorar el pronóstico.
Entre los síntomas que deben alertar se encuentran la fatiga persistente, infecciones recurrentes, pérdida de peso sin causa aparente, sangrados o moretones frecuentes, sudoración nocturna y dolores óseos prolongados.
Mariana Auad, vicepresidente y coordinadora general de FAM, señaló que “en el caso del mieloma múltiple, a menudo los pacientes llegan al diagnóstico tras consultas reiteradas por dolores óseos o fracturas espontáneas. Es clave pensar en mieloma cuando hay lesiones óseas sin traumatismo, o anemia sin causa clara”.
Por su parte, Haydeé González, fundadora y presidenta de ACLA, explicó que “los linfomas son cánceres del sistema linfático. Existen dos grandes grupos: linfoma de Hodgkin y linfomas no Hodgkin, siendo estos últimos los más frecuentes. Entre las señales más habituales de alerta se destacan el aumento indoloro de ganglios linfáticos, fiebre persistente, picazón en la piel, sudoración nocturna y pérdida de peso”.
En cuanto a las leucemias, que afectan la producción normal de glóbulos blancos, pueden presentarse a cualquier edad, con dos picos principales en adultos mayores y niños pequeños.
Fernando Piotrowski, paciente con leucemia y director ejecutivo de ALMA, enfatizó que “hay signos que no deben minimizarse, como la fiebre que no baja, hematomas espontáneos sin golpes identificables, infecciones que no mejoran con antibióticos comunes o sudoración nocturna. El diagnóstico oportuno puede salvar vidas”.
Demoras en detección y tratamientos
Entre todos los organismos involucrados en la prevención y detección, aseguran que persisten desigualdades significativas en el acceso a tratamientos innovadores, dependiendo de la cobertura de salud y la región del país.
A pesar de los avances científicos que permitieron tratamientos más seguros y prolongados, señalan que en muchas provincias el diagnóstico llega tarde por falta de recursos o escasez de especialistas.
Asimismo, la demora en la actualización de vademécums y los tiempos prolongados para la aprobación de estudios y medicación ponen en riesgo la continuidad terapéutica.
Por ello, desde la Alianza Cáncer de Sangre Argentina (ACSA) insisten en la necesidad urgente de fortalecer los circuitos de derivación, garantizar el acceso equitativo a estudios moleculares y agilizar los procesos de aprobación de tratamientos en todos los sistemas de salud.
“Los pacientes no pueden esperar. Las demoras en el acceso son tan graves como las enfermedades de base”, alertaron.
Fuente: Agencia de Noticias NA









