Con creciente preocupación, vecinos de distintos barrios de Posadas están reportando la aparición de cucarachas, arañas, alacranes e incluso víboras ponzoñosas en zonas urbanas. Estas situaciones, tradicionalmente más frecuentes durante el verano o en áreas rurales y selváticas, ahora se presentan con más regularidad dentro del ejido urbano.
“Este calor prolongado, con un otoño que aún no llega, está provocando una explosión del ‘bicherío’, como dicen los vecinos”, advirtió el jefe de la División de Animales Urbanos de Importancia Sanitaria, Roberto Bogado. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, explicó la tarea de su departamento en la prevención y contención de este fenómeno.
Por su parte, el jefe del Departamento de Saneamiento Ambiental del municipio, Elvio Silvero -integrante de la misma división- contó que desde el área se monitorea y actúa ante la presencia de diversas plagas urbanas “en una ciudad que cada vez más se ve desafiada por los efectos ambientales”, sostuvo.
Silvero explicó que las altas temperaturas sostenidas, sumadas a la humedad característica de la región y la falta de higiene regular, crean un ambiente ideal para la reproducción y expansión de insectos y otros animales.
“La cucaracha es clave: muchas alimañas, como arañas o alacranes, la tienen como alimento. Entonces, donde hay cucarachas, es probable que aparezcan también estos predadores. Si se dispara la presencia de cucarachas, es probable que las demás plagas aparezcan en busca de ‘comida’, como están reportando en los barrios”, señaló.
Sin embargo, el fenómeno no se limita solo a insectos o alimañas. En San Isidro y zonas periféricas, ambos expertos contaron que también han recibido reportes sobre la aparición de culebras y yararás. “Son víboras peligrosas. Los vecinos deben evitar acercarse y llamar a las autoridades competentes, como el equipo de control de fauna urbana”, recomendó Bogado.
Contagio, toxicidad y cuidados
Ambos expertos indicaron a este Diario que uno de los principales desafíos del aumento de alimañas en zonas urbanas es su convivencia con personas, especialmente niños y mascotas.
“En hogares con niños o personas con patologías respiratorias o de piel, una fumigación mal hecha puede ser peligrosa”, advirtió Bogado.
Al respecto, explicó que para combatir infestaciones desde el área se utilizan piretroides de banda amarilla, como cipermetrina o deltametrina, y en menor medida permetrina, que tiene menor toxicidad y se emplea especialmente contra mosquitos.
“La fumigación debe estar a cargo de personal capacitado y las viviendas deben permanecer cerradas al menos seis horas tras la aplicación. Luego, es clave ventilar e higienizar bien”, reiteró.
“El desorden, los patios con chatarra y objetos en desuso son refugio ideal para cucarachas, ratas, arañas y serpientes. No se trata solo de productos químicos, sino de hábitos saludables y mantenimiento cotidiano”, remarcó Bogado, quien destacó que el mejor aliado para un hogar libre de infestaciones es la limpieza constante.
En ese sentido, contó que el municipio lleva adelante campañas en escuelas y barrios, donde se entregan productos, se realiza fumigación externa y se brinda información sobre medidas preventivas.
“La gente muchas veces desconoce el peligro real de estas alimañas. Hay arañas que pueden saltar y morder, o gusanos ‘peluche’ con pelos urticantes. Hay que evitar tocarlos y enseñar esto también a los chicos”, sostuvo por su parte Elvio Silvero. Agregó que, en caso de detectar la presencia de serpientes u otras alimañas peligrosas, se recomienda evitar el contacto directo y comunicarse con el equipo de Fauna Urbana o con el Ministerio de Ecología.









