Proclamada por la Organización Mundial de la Salud y Organización Panamericana de la Salud desde 2006, la semana en curso está dedicada a la sensibilización sobre el uso de la sal y la necesidad de disminuir su consumo para prevenir enfermedades, sobre todo de origen cardiovascular.
A esos efectos, especialistas médicos y en nutrición elaboraron diferentes esquemas y listas de consejos prácticos: al comprar productos es importante comprobar en la etiqueta la cantidad de sal que contienen; es recomendable ir por alimentos naturales y evitar la ingesta de aquellos que ya vienen procesados; apelar a hierbas para darle un mayor y mejor sabor a la comida; ingerir alimentos de forma proporcionada, evitando las grandes cantidades, que a la larga representa un incremento del sodio; introducir en la dieta más vegetales frescos en lugar de los que ya vienen enlatados.
Frente al crecimiento de los problemas de salud derivados de la ingesta de sal, hoy más que nunca precisamos de una alimentación sana, baja en sustancias que resultan altamente perjudiciales como los azúcares, las grasas, la sal y todos los alimentos procesados, los cuales se elaboran con productos químicos.
También es necesario que los gobiernos y los distintos sectores tanto públicos como privados encargados del sector alimentario, desarrollen sistemas que le permitan a la sociedad una vida más sana teniendo en cuenta que, para un alto porcentaje de la población, la adquisición de algunos alimentos nutritivos.





