
Oscar José Macierzynski (40) fue absuelto este lunes por el Tribunal Penal 2 de Posadas por el delito de “amenazas agravadas” contra su expareja en junio de 2021 en la vivienda que compartían con dos niños en el barrio Rocamora.
Por el beneficio de la duda, los jueces César Antonio Yaya, Augusto Gregorio Busse y Marcela Alejandra Leiva (subrogante), absolvieron de las amenazas de muerte con arma de fuego que el operario de la construcción; pero también de la autoría de acopio de municiones (200 balas) de las dos pistolas nueve milímetros que guardaba en su casa.
De los tres delitos acusados por el fiscal Vladimir Glinka, quien solicitó siete años de prisión efectiva, Macierzynski fue hallado culpable y condenado por el TP-2 a tres años de prisión en suspenso por el delito “tenencia ilegal de arma de guerra” y a ocho horas mensuales de labores comunitarias por el tiempo de la pena mencionada.

Macierzynski llegó a juicio acusado de apuntarle a la cabeza a su exconcubina y de amenazarla a los gritos: “Dejá de hacerte la loca, te voy a matar”.
El encartado se abstuvo de declarar en el inicio del debate del jueves pasado. En sentido contrario, las víctimas, su expareja y un hijo de ella, fueron escuchados con los recaudos cubiertos por el tribunal, sin la presencia en la sala de Macierzynski y con las garantías exigidas para el derecho de defensa.
La madre relató ante los jueces: “Él inició una relación complicada con mis hijos (hijastro y un niño de 2 años en común), de maltrato constante, pocos días antes del hecho (31 de mayo) no me dejó utilizar un salón que estaba en el predio donde vivíamos que es propiedad de su padre, para festejar el cumpleaños de uno de los niños”.
“En la casa había armas sobre un mueble al lado de un equipo de música, él las utilizaba para dispararle a un montículo de tierra en el patio de adelante de la casa. Eso hizo la noche que me amenazó: ‘Dejá de hacerte la loca, te voy a matar’, lo repetía y yo con mi hijo al lado. Fue y comenzó a disparar afuera, el niño se fue a la pieza porque yo lo llevé de inmediato y allí se quedó asustado escuchando cómo descargaba su ira a los tiros”.
“Temí por mi vida, al otro día busqué asesoramiento y fui a hacer la denuncia en la Comisaría de la Mujer, después fui y busqué todas mis cosas, a mis hijos y mis perros y me fui al departamento de mi abuela que me lo prestó”.
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A pocos días de cumplir 14 años, el niño que fue testigo y víctima de la situación de violencia denunciada y que se intenta esclarecer en juicio oral, se sentó ante el Tribunal y relató lo que sufrió: “Él comenzó a forzarme a levantar bolsas de arena y materiales, maderas grandes, yo tenía 10 años. Ahí aumentaron los problemas cuando intenté no obedecer e ignorarlo. Esa noche él me levantó la mano para pegarme porque yo estaba jugando con la play y él se enojó porque no le respondí. Lo frenó mi madre, se metió en el medio y se desató una discusión verbal entre ellos. Las palabras perfectamente no recuerdo, hasta que Oscar agarra el arma y le apunta a la cabeza a mi mamá y grita que la iba a matar”.
El menor amplió: “Realmente pensé que lo iba a hacer, que la iba a matar. Yo me quedé shockeado, paralizado. Oscar bajó el arma y se fue afuera y ahí sí comenzó a disparar. Yo escuchaba los tiros desde mi pieza”. También aclaró desenvuelto y tranquilo: “Nadie me dijo lo que tenía que decir o me enseñó. Las palabras que utilizo son de los juegos online que habitualmente practico y ahí, por ejemplo, hay que parecer un soldado con un lenguaje formal y así fui aprendiendo los significados también”.





