Este jueves se cumple el centenario del nacimiento del escritor y docente Hugo Wenceslao Amable, un entrerriano que se radicó en Oberá, donde dejó una prolífica herencia tanto en lo humano como en sus variadas obras y ocupaciones.
Nacido en la ciudad de Paraná el 8 de mayo de 1925, siendo joven se trasladó a la Capital del Monte, donde trabajó como narrador, ensayista literario, político y radiodifusor.
Publicó innumerables obras, entre las que se destacan “Destinos” (editado en Santa Fe en 1973), “La Figura del Habla Misionera”, “Ensayo Lingüístico” (cuatro ediciones) ), “La Mariposa de Obsidiana” (1978), “Cuentos Regionales del Litoral y Cuentistas de la Mesopotamia” (Colmegna), “Tierra encendida de Espejos”, “Paisaje de luz, tierra de ensueño”, “Los gentilicios de la Mesopotamia” o “El Lenguaje de Perón”, entre otros títulos.
Participó también en antologías como “10 Cuentistas de la Mesopotamia”, “Cuentos regionales argentinos” y “Cuentos espectaculares creados en el NEA”.
En 1999 fue incorporado a la Academia Argentina de Letras como miembro correspondiente, siendo el primer misionero que integró esa prestigiosa institución.
En la tierra colorada incursionó como docente y periodista; fue fundador y director general de LT 13 Radio Oberá, corresponsal del diario La Nación, cofundador del periódico Pregón Misionero con Aldo Rubén Gil Navarro; además fue catedrático de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y del Instituto Superior del Profesorado Antonio Ruiz de Montoya.
Fue miembro de la Sociedad Argentina de Escritores, filial Misiones, de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina, de la Sociedad Argentina de Lingüística, entre otros.
Entre sus galardones, figuran El Mapa de Plata de la República Argentina, conferido por la Asociación de Escritores, y el de la Asociación Argentina de Lectura, Libro Recomendado en 1984 por su obra “Tierra Encendida de Espejos” y el premio Andrés Guacurarí.
Entre otras tantas cosas, Amable se desempeñó como Director General de Cultura de la Provincia desde 1987 hasta 1989, donde se dedicó a luchar por el quehacer cultural de Misiones.
E incursionó en el mundo de las artes escénicas, donde junto a su esposa creó y dirigió el “Grupo Teatro Oberá”, cuyas actividades se extendieron por quince años, poniendo en escena doce obras.
Como padre humanista influyó enormemente en sus seis hijos, algunos de los cuales también tienen obras publicadas.
Falleció en Posadas el 30 de octubre de 2000, a los 75 años.









