Vivimos en una sociedad donde el tiempo parece escurrirse entre nuestros dedos. La inmediatez se ha convertido en norma y la prisa en compañera constante. Nos vemos atrapados en una carrera diaria, tratando de abarcar más de lo que realmente necesitamos, lo que nos genera un estado de ansiedad y desconexión. Pero, ¿qué tiene que ver todo esto con el azul y el índigo?
El azul es un color que, en la cromoterapia, se asocia con la calma, la serenidad y la profundidad.
Al igual que el cielo en un día despejado o el vasto océano, el azul nos invita a detenernos, a respirar y a reflexionar. Esta vibración nos ayuda a reducir el estrés, calmando el sistema nervioso y favoreciendo un estado de introspección que resulta esencial para contrarrestar la vorágine del día a día.
El índigo, una tonalidad más profunda y enigmática, complementa al azul al aportar energía que estimula la mente superior y la intuición. Su vibración potencia la percepción y la claridad mental, ayudándonos a reconectar con un conocimiento interno y a ver más allá de la prisa y el caos. Es como un puente que nos permite transformar la urgencia en una oportunidad para encontrar equilibrio.
Pero, ¿por qué nos perjudica tanto el vivir apurados? Cuando estamos constantemente corriendo contra el tiempo, nuestro cerebro se sobrecarga de estímulos y se queda en un estado perpetuo de alerta. La prisa continua genera estrés crónico, lo que puede desembocar en problemas de ansiedad, irritabilidad e incluso afectar la calidad del sueño.
En contraste, sumergirnos en la experiencia que ofrecen el azul y el índigo nos recuerda la importancia de la pausa y la contemplación. Estos colores nos invitan a un respiro, a valorar la lentitud y a reencontrar ese espacio de calma que tanto necesita nuestra mente. No se trata de encontrar más tiempo, sino de aprender a vivir el tiempo con consciencia, disfrutando cada instante en lugar de vivir sumidos en la carrera contrarreloj.
En definitiva, la prisa y el estrés alteran nuestra salud mental y emocional, mientras que el azul y el índigo nos ofrecen un camino hacia la tranquilidad y el autoconocimiento. Quizás el verdadero desafío en estos tiempos modernos sea aprender a equilibrar la velocidad con la serenidad, reconociendo que, en ocasiones, detenerse es la mejor forma de avanzar.
Respira azul, siente su vibración y encuentra la calma. ¡Que realmente disfrutes de este domingo!
Gabriela Gómez
Especialista en Cromoterapia
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