Nicholas Georgescu-Roegen fue un economista y matemático rumano-estadounidense que integrando los conocimientos de la termodinámica y el análisis económico funda el concepto de Bioeconomía.
Cuando consideramos la segunda ley de la termodinámica donde todo sistema se dirige a un estado mayor de entropía y la conjugamos con los ciclos de la naturaleza, tasas reproductivas, crecimientos poblacionales, ritmos estacionales es posible darse cuenta que los modos de consumo no se ajustan al ritmo de crecimiento de los bienes de los cuales nos valemos para desarrollar la vida cotidiana.
Parece ser que las grandes ciudades especialmente, consumen a una tasa mayor que la de los ciclos naturaleza de reproducción. Y no solo las grandes ciudades sino también las grandes ambiciones. La ambición que persigue sin conocimiento de las consecuencias que produce el sobre uso de los recursos disponibles en la tierra. A esto se suma un saber necesario conocer un poco más, desde adentro lo que significa y a lo que conlleva la pérdida de biodiversidad.
La diversidad vive a nivel de genes, al considerar las combinación y constitución genética existente en cada organismo.
La diversidad existe a nivel de poblaciones, las cuales contienen la posibilidad de respuesta al ambiente cambiante y para eso se vale del grupo, no de los individuos y eso es lo que puede llegar a requerir un grado evolutivo mayor si queremos comprender las dinámicas ecosistémicas que gobiernan los recursos naturales y todo lo que de ellos se desprende o donde ellos se apoyan.
Racionalizar el soporte que ofrecen los ecosistemas implica meterse dentro de los grupos de organismos y conocer, vivenciar las relaciones, el lenguaje, la comunicación y organización de los mismos, cuando conocemos las organizaciones y sus lógicas organizativas resulta sencillo aceptar el papel que cumple cada uno.
El rol de los organismos es y tiene su razón de ser en función del grupo. Y ahí viene, después de esto, algo mayor todavía, la diversidad de ecosistemas, los diferentes ecosistemas que dan albergue a la cantidad de vida que se distribuye en los diferentes sitios del planeta conformando así las condiciones específicas de cada bioma, sin embargo, no es otra cosa que las relaciones comandadas por los genes que, como interruptores, se activan o duermen.
En la mesa de cualquier tarde de domingo que con la panza llena o vacía, dependiendo de la temporada como las márgenes de un arroyo que traen semillas de aguas arriba y conforman un ecosistema en réplica. Como nosotros, cuando repetimos hábitos, costumbres, rituales e historias como si nunca hubiésemos aprendido nada, sin embargo en las poblaciones siempre, siempre, hay un individuo que como un tesoro recibe una mutación y cambia la historia.
¿Las mutaciones? cambios fortuitos que se arraigan, en nuestra naturaleza. Ecosanación orienta comprender nuestro comportamiento para trasmutar pautas y hábitos que ya no son beneficiosos y adaptativos, podemos con esto porque estamos hecho de esto. Cambios permanentes a lo largo de los últimos 140 mil años.
Esos cambios, como los que trajo Georgescu se validan a través del uso y puesta en práctica de sus buenas ideas, adaptándolas al hoy, donde los recursos y su gestión se torna vital en términos de amor por la naturaleza.
Anahí Fleck
Magister en Neuropsicología. 0376-154-385152





