
Los aumentos en las tarifas de colectivos, taxis y remises, sumado al incremento del precio del combustible este año, llevó a las personas a buscar opciones de movilidad más económicas y sustentables. En este contexto de crisis, cada vez son más los usuarios que eligen la bicicleta como medida de transporte en la ciudad.
A raíz de ello, ciclousuarios comenzaron a autoconvocarse para poner en circulación sus saberes en torno a la bicicleta y la ciclomecánica.
Si bien se trata de espacios comunitarios que ya tenían lugar en la ciudad desde hace tiempo a raíz del movimiento de Masa Crítica, eran actividades itinerantes. Lo que se busca construir ahora son biciespacios fijos a los que los ciclousuarios puedan asistir siempre que lo necesiten.
“La mayoría de las personas de clase media o baja están buscando una alternativa de movilidad que sea más sustentable al bolsillo”, compartió con PRIMERA EDICIÓN Florencia Olivera, parte de la Comisión Directiva del Club Náutico León Seró, donde se realizó el último encuentro-taller este mes.
“La idea es que sea un nuevo punto fijo ‘biciamigable’, un punto estratégico en la ciudad por si alguna persona tiene algún problema con su bici, que la pueda dejar en un espacio seguro o que puede venir y repararla acá o que podamos juntarnos entre varios y reparar las bicis un día específico”, explicó Florencia.
“El objetivo es socializar el conocimiento en torno a la ciclomecánica, que podamos enseñarle a otras personas lo que aprendemos y que circule”, agregó.

“Te ayuda a ahorrar mucho en dinero porque no tenés que cargar nafta o gastar mucha plata en el taller o en los repuestos. Todo lo que tenga que ver con lo básico de la mecánica de una bici es relativamente barato y accesible a cualquier persona”, explicó Florencia.
Respecto a la primera experiencia en el Club Seró, Olivera compartió que “cada bici tenía un problema diferente entonces al abordar cada una de las bicis aprendimos un montón de cosas, desde cambiar una rueda, parcharla, cómo centrar una rueda y también cuestiones relacionadas a la limpieza y mantenimiento de las bicis”.
La ciclousuaria resaltó la importancia de aprender a hacerlo por cuenta propia y no llevar a que lo haga el que sabe o alguien más.
“Es importante conocer cómo hacerlo correctamente, porque parece una pavada parchar una rueda, pero a veces tener en cuenta ciertos detalles hace que sea más duradero el parche”, explicó.
También se trata de una oportunidad para aquellas personas que tengan su bici guardada o fuera de estado y quieran repararla para empezar a usarla.
“Muchas personas de las que se acercaron trajeron bicis que estaban en desuso y se pusieron a punto. En mi caso, yo tenía una bici que estaba acá guardada y la arreglamos para que la ocupe una docente que con todos los aumentos que hay y el bajo salario, no estaba pudiendo solventar los gastos de movilidad, entonces eligió comenzar a usar la bici”, comentó.
Caja de herramientas
Además de abrir las puertas a los ciclousuarios, Florencia señaló que “estamos pensando en tener una caja con las herramientas básicas para la ciclomecánica, algunos parches y elementos necesarios para salir de un apuro”.
“Elegimos este lugar porque nosotros como Club abrimos todos los días, todo el año, entonces siempre hay gente lista para ayudar ya sea desde lo técnico, el conocimiento, las herramientas”, agregó.
Existe la intención, a corto plazo, de generar otros biciespacios en la ciudad, así como continuar brindando talleres y capacitaciones para los usuarios de la bici. Por su parte, el Club Náutico Seró se encuentra abierto de lunes a lunes de 14 a 19.30 horas.
“La idea es que sea algo abierto a la comunidad y que la gente pueda acceder al conocimiento de la ciclomecánica, al mismo tiempo de que contribuya a tener más conciencia ambiental y poder fortalecer estos espacios comunitarios en este contexto que es difícil para todos, alimentar estas iniciativas”, puntualizó.
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